Mercado
La falta de camiones de transporte, un nuevo cuello de botella para el automóvil
Miles de coches nuevos se agolpan en las campas sin que puedan entregarse a sus nuevos propietarios
Tras la crisis de los semiconductores, que ha frenado la producción de automóviles nuevos durante los últimos tres años, el sector del motor se enfrenta en España a un nuevo problema, que es el de la distribución de sus productos hasta los concesionarios. La falta de camiones para este trabajo está comenzando a ser angustiosa y no se ve solución a corto plazo. Se calcula que la demanda embalsada de automóviles nuevos al finalizar el pasado ejercicio era de algo más de cien mil coches, según fuentes de los concesionarios. Pero podría ser mucho menor si todos los vehículos que están almacenados en las campas de las principales marcas pudieran distribuirse y llegar hasta los concesionarios. Algo que, por el momento, se produce casi con cuentagotas por las dificultades que se está encontrando el sector de la distribución. La elevación de los precios y la falta de camiones para hacer este trabajo son los principales inconvenientes. Esta ha sido una de las razones por las cuales no se han cumplido las expectativas de matriculaciones que habían sido anunciadas por las principales patronales del sector. Tanto los fabricantes (Anfac) como los concesionarios (Faconatuto) habían previsto que el año se cerrará con un total de 830.000 unidades matriculadas. Y la cifra final de cierre de ejercicio ha sido de solo 813.396 vehículos. Pero mientras, se da la circunstancia de que muchos de los coches están ya vendidos, pero no pueden llegar a las manos de sus compradores.
En el mercado español las importaciones superan cerca del ochenta por ciento del total de las ventas. En la mayoría de los casos, las marcas tienen campas abiertas donde almacenan sus coches antes de distribuirlos a sus concesionarios de toda España. Uno de los principales puertos de entrada es el de Santander, donde el grupo Astara tiene importantes instalaciones. Se calcula que en sus espacios hay almacenados más de quince mil vehículos que no logran llegar a sus puntos de destino. Y la situación no es muy diferente en otros puntos de llegada, como Barcelona. Los coches o repuestos que vienen por contenedor también presentan graves problemas por el incremento de los precios de los fletes durante los dos últimos años, además de los incumplimientos habituales de los barcos en las entregas de la mercancía.
La distribución de los vehículos se ha ralentizado ante la falta de camiones especializados para este tipo de transporte. Se calcula que, tanto por la crisis de conductores como por la falta de recursos de algunas empresas transportistas, la flota de camiones especializados portavehículos, también llamados góndolas, ha pasado de unos 350.000 antes de la pandemia a poco más de 260.000 actuales. Y es que los empresarios se quejan de que las tarifas actuales no aseguran la rentabilidad de un camión de este tipo, cuyo coste se calcula en aproximadamente un cuarto de millón de euros, incluida la cabeza tractora.
Por el momento, ni fabricantes ni los concesionarios han encontrado una solución rápida para desatascar este problema de distribución que está lastrando sus cifras de ventas cada mes, ahora que la producción parece que está comenzando a animarse de nuevo.
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