Prueba
Tiguan, el polivalente de Volkswagen
Este SUV urbano ofrece diferentes motorizaciones y un muy amplio espacio interior. Desde 34.300 euros
El mercado demanda cada día con mayor proporción las carrocerías de estilo SUV, que ya suponen más de la mitad de las matriculaciones que se producen en nuestro país. Para adaptarse a todas las necesidades de los compradores, Volkswagen presenta varias alternativas en función del tamaño que necesitemos. El Touareg es la opción más grande, el Tayron acaba de aparecer en el mercado y el Tiguan se presenta como la opción más polivalente por su tamaño y prestaciones, y la gama se completa con los T-Cross y T-Roc de longitud inferior.
El Tiguan, que en su tercera generación ha incrementado ligeramente su longitud, tiene unas medidas que le permiten desenvolverse muy bien en el tráfico urbano y convertirse en un automóvil amplio y cómodo en los largos viajes. Mide 4,53 metros de largo, por 1,85 de ancho y 1,65 de alto y para alternar sus diferentes opciones mecánicas, va montado sobre la plataforma MQB que utiliza era grupo VAG que le da una distancia entre ejes de 2,67 metros. Esto repercute en una mayor comodidad para los ocupantes de los asientos posteriores, además de amplitud en el maletero. Su capacidad carga trasera es de 652 litros, ampliables hasta los 1.650 litros cuando no utilizamos los asientos traseros. Es cierto que este volumen se reduce en unos 150 litros en las versiones hibridas enchufables. Quizás por este equilibrio de tamaño el Tiguan es el modelo más vendido de Volkswagen con unas siete millones y medio de unidades comercializadas.
Desde el punto de vista de la mecánica, Volkswagen está abierta a todas las posibilidades con esta carrocería. Podemos comenzar con la alternativa más económica, que es la del conocido bloque de gasolina TSI de un litro y medio de cilindrada que da una potencia de 130 caballos y por su hibridación media puede disfrutar de las ventajas de la etiqueta Eco. Quienes busquen un poco más de fuerza, disponen de una versión que eleva su potencia en veinte caballos más. Muchos siguen prefiriendo el diésel para sus desplazamientos y para ellos está disponible el dos litros TDI que puede adquirirse con potencias de 150 o 193 caballos. Y los que demanden las cuatro ruedas motrices del sistema 4Motion, pueden tener por delante el motor gasolina 2,0 TSI que llega hasta los 204cv. En todos estos casos, monta una caja de cambios automática de siete velocidades con doble embrague.
Este mismo nivel de potencia, 204 caballos, es lo que obtenemos con la versión híbrida enchufable que disfruta de la etiqueta Cero gracias a la combinación del motor 1,5 TSI de gasolina de 150cv con otro motor eléctrico de 115cv. Pero hay una versión más desarrollada que puede alcanzar los 272 caballos. Gracias a su batería de 27,5 kw/h la autonomía en modo eléctrico puede llegar hasta los 125 kilómetros. La transmisión automática de estos PHEV es de seis velocidades. En todas las versiones el conductor se encontrará con varias pantallas, especialmente amplia la del centro del salpicadero, equipada con todas las conexiones para la información y el entretenimiento. El mando del cambio ha pasado a ser una palanca de fácil manejo situada en la columna de la dirección.
En todos los casos nos encontramos un coche con un niel alto de equipamiento, como es norma habitual en todos los Volkswagen. A partir de un precio de unos treinta y cuatro mil euros, incluidas promociones, el comprador podrá elegir entre tres tipos de terminación, de las cuales, la más avanzada es la denominada R Line, muy competa con todos los elementos de comodidad y seguridad que se incluyen en las mejores berlinas del grupo. Además, mediante una rueda en la consola entre los asientos, podremos seleccionar varios tipos de conducción que nos ayudarán en función del terreno por el que circulemos, como nieve (Snow) cuando salgamos del asfalto (Offroad) o incluso un control de descenso para rutas con fuertes pendientes.