Cultura
La Capilla de los Vélez en Murcia, un panteón familiar convertido en joya arquitectónica
La cadena de piedra que adorna la fachada encierra las leyendas de una construcción que es Bien de Interés Cultural
Del edificio de la Catedral de Santa María de Murcia sobresale en la parte posterior una capilla poligonal. Es la capilla de San Lucas, más conocida como la “de los Vélez” o “del marqués de los Vélez”, y uno de los elementos más destacados de la seo. Construida entre finales del s. XV y principios del XVI, fue anexada al cuerpo principal de la catedral, hecho que provocó disputas con los vecinos, puesto que invadía la vía pública.
Sin embargo, el poder de la familia Fajardo -los marqueses de Vélez- era tal que la construcción pudo llevarse a cabo igualmente. Fueron Juan Chacón, adelantado mayor del Reino de Murcia y mayordomo de Isabel la Católica, y su hijo, Pedro Fajardo, primer marqués de los Vélez, los promotores de la construcción de esta capilla, que pretendía ser un panteón familiar pero nunca llegó a usarse como sepulcro.
Es, como el resto de la basílica, de construcción gótica tardía, aunque en la decoración exterior hay elementos renacentistas. Se sitúa en la girola -la media vuelta que rodea la parte trasera del altar de las iglesias, y que permitía a los peregrinos atravesarlas sin volver sobre sus pasos- y es de planta poligonal.
Tres arcos apuntados dan acceso a la capilla, que encierra en su interior una profusa galería escultórica: dragones, grifos, hidras, inscripciones, monstruos y un gran Cristo en la cruz, colocado sobre un cuadro de San Lucas retratando a la Virgen y el niño, imagen principal de la capilla y obra de Francisco García. La joya, sin embargo, sólo se puede ver levantando la mirada: es la magnífica cúpula estrellada de diez puntas.
En el interior hay una inscripción tallada que dice: “La piedra no parece tallada a golpe, sino sólo a dedos o palillos, como si fuera seda”. Precisamente por el tratamiento exquisito de la piedra, entre otros valores arquitectónicos y escultóricos, la capilla fue declarada Monumento Nacional en 1928 y a día de hoy está considerada Bien de Interés cultural.
La piedra esclava
Además del escudo de los Fajardo, en la fachada de la capilla hay una gran cadena esculpida en piedra, que rodea el exterior del edificio. Son varios los significados que se le han atribuido: el más común dice que representan la labor de liberación de cautivos que se llevaban a cabo en tierras de frontera con Al-Andalus. También representa la sumisión de los Fajardo frente a la iglesia.
Otra leyenda cuenta que la cadena fue esculpida por un mendigo que ofreció al marqués de Vélez construir la mayor cadena de piedra jamás vista a cambio de comida y agua.
Según la narración, el marqués quedó tan maravillado por el resultado que, temiendo que pudiera repetir la hazaña, lo mandó apresar y ordenó que se le arrancasen los ojos, las manos y la lengua. Pero leyendas aparte, se conoce que el verdadero escultor fue Jacobo de Cartago gracias a una inscripción en la propia piedra.
La cadena tiene unos noventa eslabones, y muchos guías turísticos entretienen al visitante haciéndole buscar cuál de todos es el que la cierra.
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