Agua

El presidente del CHS defiende la necesidad de 1.805 hectómetros cúbicos anuales de agua para el Segura

Dentro del Plan de cuenca 2022-2027

Trasvase Tajo-Segura
Trasvase Tajo-SeguraLA UNIÓ DE LLAURADORSLA UNIÓ DE LLAURADORS

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Mario Urrea, defendió este martes, en el marco del Consejo Nacional del Agua celebrado en Madrid, las necesidades de la cuenca del Segura dentro del Plan de Cuenca 2022-2027, que ascienden a 1.805 hectómetros cúbicos, según han informado fuentes del organismo de cuenca en un comunicado.

Los cálculos presentados por la CHS se desglosan en unas necesidades de 279 hectómetros cúbicos para abastecimiento y uso industrial, mientras que la demanda agraria asciende a 1.526 hectómetros cúbicos, lo que supone que la demanda a atender asciende a 1.805 hectómetros anuales.

En cuanto al origen de esos recursos, la Confederación expuso la aportación total en régimen natural, la estimación de recursos no convencionales --reutilización y desalinización--, así como la procedente de transferencias externas.

De esta forma, los recursos propios disponibles y asignados para este ciclo de planificación en el conjunto de la cuenca se han estimado en la cantidad de 739 hectómetros cúbicos para año medio (horizonte 2027), incluyendo las aguas superficiales, cuantificadas en 493 hectómetros cúbicos por año, y las subterráneas, en 246; 141 hectómetros cúbicos por año de depuración de aguas urbanas; desalinización 340 hectómetros cúbicos por año y recursos externos otros 312.

En este sentido, destaca el importante aumento de la desalación, que pasa de 149 hectómetros cúbicos por año en el plan 2016-2021 a 340 en el nuevo, y el descenso del uso de las aguas subterráneas (-17,7 por ciento) para la planificación hidrológica del Segura hasta el horizonte 2027.

Asimismo, el organismo de cuenca ha mostrado su apuesta “decidida” por la movilización de la totalidad de la capacidad de desalinización con ampliación de las Instalaciones Desaladoras de Agua de Mar (IDAM) del Estado, las nuevas infraestructuras de interconexión de las desaladoras, el incremento del control de aprovechamientos y la adaptación al cambio climático con el uso de energías renovables para, entre otras cuestiones, lograr la disminución de la tarifa del agua.

Ordenación y vigilancia del DPH

La CHS ha asegurado el cumplimiento del programa especial de vigilancia y control del estado de las masas de agua, con especial hincapié en las relacionadas con el Mar Menor, de la sostenibilidad en los aprovechamientos en el ámbito del acueducto Tajo-Segura y el seguimiento del programa de medidas asociado.

Otro de los aspectos defendidos por Urrea fue el control, vigilancia y ordenación del Dominio Público Hidráulico (DPH) en la CHS. En este sentido, defendido los proyectos de restauración y mejora en la cuenca vertiente del Mar Menor con soluciones basadas en la naturaleza, la gestión del riesgo de inundaciones, la reducción de los vertidos puntuales y difusos, la conservación de la biodiversidad, la mejora del conocimiento, el fomento de la participación social, mejoras en las infraestructuras de saneamiento y depuración, desarrollo de Planes de actuación en masas de agua subterránea y el aumento del control de la fertilización y de la aplicación de agua.

En este último punto, el Plan de Cuenca 2022-2027 contempla que, de las 114 masas de agua superficiales del Segura, en 50 de ellas el objetivo es mantener el buen estado en 2021, y en 64 el objetivo es alcanzar el buen estado en 2027.

En lo que respecta a las masas de agua subterráneas, el nuevo Plan de Cuenca 2022-2027 apunta que, de las 63 masas definidas, en 20 de ellas el objetivo es mantener el buen estado en 2021, en 18 alcanzar el buen estado en 2027, y en 9, dado que no es posible la consecución del buen estado a lo largo del presente ciclo de planificación por razones químicas, según las simulaciones proyectadas), se considera que deberá alcanzarse con posterioridad a su finalización.

Plan de defensa contra las inundaciones

En total, en las 22 Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI) fluviales, que suponen 153 subtramos, se han generado mapas de peligrosidad y riesgo con una longitud total de 571,84 kilómetros, incluyendo los mapas elaborados en el primer ciclo y los nuevos o actualizados en este segundo ciclo. Mientras que en las 21 de ARPSI marinas, se disponen de mapas de peligrosidad y riesgo de inundación en una longitud de 78,01 kilómetros.

De este modo, el Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones (PGRI) de la DHS tiene un presupuesto de 840,08 millones de euros. La mayor parte de ellos se corresponde con medidas de protección (85,8% del total, 720,68 millones de euros) destinadas a actuaciones estratégicas para abordar los problemas de inundabilidad de las zonas del Guadalentín, la Vega Baja del Segura y el Mar Menor.

A su vez, destaca el presupuesto dedicado a proyectos de restauración fluvial e hidrológica-forestal (94,06 millones de euros), los programas de mejora de la continuidad fluvial y recuperación del espacio fluvial, y el inventario de obras de defensa y de obras de drenaje transversal.

Dentro de las medidas de preparación, el mantenimiento de las redes de medidas hidrológicas supone una inversión anual de 1,18 millones de euros, y la mejora de las redes de observación meteorológica 2,09 millones.

También destaca el presupuesto dedicado a actuaciones de prevención (12,6% del total, 106,26 millones de euros), así como los programas de mantenimiento y conservación de cauces (con inversión anual media de 4 millones), los estudios de mejora de conocimiento y la adaptación de elementos en zonas inundables.