Historia

La macabra leyenda de las cadenas de la Catedral de Murcia

La escultura, esculpida en piedra caliza, data del año 1500

Las cadenas que rodean la capilla de los Vélez de la Catedral de Murcia
Las cadenas que rodean la capilla de los Vélez de la Catedral de MurciaEuropa Press

Si existe en Murcia un monumento que capta la mirada de todos los que pasan por delante es la Catedral de Murcia. Su diseño es uno de los más aclamados de la arquitectura española, y es un edificio clave en el arte barroco nacional. Sin embargo, más allá de lo que supone este edificio, sus muros cuentan mucho más de lo que se puede ver a simple vista. Únicamente hay que prestar atención, mirar con detenimiento, y descubrir algunos de los secretos que allí se albergan.

Cuenta la leyenda que en el año 1500 llegó hasta Murcia un mendigo que dijo ser escultor, y sabiendo que el Marqués de los Vélez estaba construyendo una capilla, se ofreció a tallar en el muro una cadena de piedra que rodearía la capilla de los Vélez. Y además, no cobraría por ello.

Ante esta proposición, el marqués de los Vélez no pudo rechazar la oferta, pero puso sus propias condiciones. Si no le gustaba la obra final, el mendigo sería castigado con la muerte en la horca.

Pasaron siete largos años de trabajo en los que la ciudad de Murcia avanzaba y fue en la noche de fin de año de 1507 cuando se dio por finalizada la obra del mendigo. Al presentarla ante la nobleza la cadena dejó fascinados a todos los presentes, quienes destacaron el perfeccionismo de la obra y el buen trabajo realizado por el escultor.

Llegados a este punto, el mendigo anunció que abandonaría la ciudad una vez realizado su trabajo, y cuenta la leyenda que tal fue el temor del Marqués de los Vélez a que pudiera replicar una obra de tal magnitud, que ordenó encerrar al escultor para siempre.

Y no solo eso. Según el relato que ha corrido generación tras generación, una vez encerrado, se ordenó cortar las manos y arrancar los ojos del mendigo, para asegurarse de que la obra de arte que había realizado en la Catedral de Murcia jamás tendría una réplica en ningún otro lugar del mundo, y sería así una obra genuina que dotaría de mayor valor a dicha construcción.

Otro de los cuentos narrados sobre esta historia es que, finalmente, el mendigo fue degollado, también con el fin de que no pudiera replicar la cadena en ningún otro monumento del mundo.

A pesar de todo, muchos estudios y textos revelan que realemente no fue ningún mendigo quien construyó dicha cadena, sino que fue el famoso escultor Jacobo de Cártago.

La cadena, tallada en pedra caliza, tiene 90 eslabones de un metro que rodean a la catedral en su totalidad. Un ornamento que confiere a la construcción un semblante más majestuoso, y que, según cuenta la leyenda, si alguien tocara la cadena con las manos, también las pedería, como maldición por la pena impuesta al mendigo.