Opinión

Mercadeo

De un tiempo a esta parte no hay manera de defender al Barça, oigan. Cómo no será la cosa que, hasta servidora, siempre y en cualquier momento, incluido el ratito del baño y aseo, está dispuesta a oponerse en cualquier momento a la directiva de su equipo que ocupa de manera fraudulenta el palco de ese monumento al gigantismo llamado Wanda. El Barça, ese equipo admirable en muchos aspectos y que se empeña en tirarlos por la borda y mezclar churras con merinas, ha reconocido contactos con Griezmann cuando no toca.

Esto puede que sea una chorrada pero deja a las claras qué clase de gente gobierna sus despachos. Desde diciembre del año pasado el Fútbol Club Barcelona ha ido soltado garbancitos sobre sus contactos con el jugador francés sin el más mínimo respeto que exigiría al resto. Debe ser que se sienten más que un club, efectivamente, debe ser que se sienten superiores o con ganas de tocarnos las gónadas a todos o con algún atributo que se nos escapa, como si ser del Barça te obligara a pasar un examen que los demás somos incapaces de aprobar por tontos. Si se quieren llevar a Griezmann lo van a hacer, pero se puede hacer de otra manera. Dicho lo cual, pago yo el lazo rojiblanco y se lo envío con mis mejores deseos y con la certeza de que compran un jugador tocapelotas cuyas celebraciones no hubiera soportado Puyol. Ahí lo llevan.