Opinión
Reporteras
No solo es el caso de María Gómez, reportera de Tele5, la cadena que retransmite el Mundial. Ha sido también a una periodista colombiana, a una brasileña y a una sueca. Hombres que peinan muñecas por la noche que se han aprovechado de que ellas estaban entrando en directo para acosarlas. En condiciones normales saben que no lo lograrían, así que aprovechan la vulnerabilidad de las chicas para tocarlas, besarlas, asustarlas o para conseguir un minuto en la tele y que les vean los colegas hacer el cafre. A María, además, un estúpido trató de minusvalorarla. Quién eres tú que me preguntas, guapita. Que sepa yo quién eres que soy muy hombretón.
Si me preguntaran los machitos de los programas nocturnos seguro que me hacía caca, pero como eres tú voy a ser condescendiente e imbécil, de paso. María contestó como debía y ahora regresa esta moda que consiste en defender a La Manada si se tercia. Ahora se lleva ponernos a todas con una etiqueta radical y a ellos con el nombre de un gatito. María dijo que los jugadores marroquíes estaban buenos y que merecían un consuelo por su eliminación y ahora parece que María se merecía el acoso, el beso y hasta la falta de respeto. María puede decir lo que quiera. Equivocada, no equivocada, suelta, recogida, fresca, tímida o lo que le dé la gana, María no ha pedido el beso de ese mierda. Y sí, ya yo le dicho en otras ocasiones: soy feminazi. Para que no se equivoque nadie.
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