Tranquilitos

Carmen Calvo anunció una reforma del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal similar a la que adoptó Suecia y me sorprende la cantidad de gente que se ha puesto nerviosísima. El Gobierno pretende que cualquier relación sin un «sí» expreso sea violación y que los tipos delictivos no dependan de la interpretación de los jueces y, claro, los jueces se han puesto también muy nerviosos. Se han puesto nerviosas las madres de los chicos jóvenes, las que creen a pies juntillas que existen denuncias falsas por doquier; se han puesto tensos los abogados, los que salen por la noche, los que suponen que las chicas jóvenes de ahora son todas unas frescas y que te pueden meter en un problema si va a ser su palabra contra la tuya. Se les ha puesto la vena gorda a los rijosos, a los tipos que ven en cada una de las mujeres maduras y formadas una enemiga que pretende la exterminación del macho. Lo de siempre, todo feminazi. Miren, yo estoy de acuerdo con el Gobierno.

Ni la ley está redactada (nerviosismo preventivo, curioso) ni queremos saltarnos el Estado de Derecho, ni queremos acabar con los jueces. Yo, que una vez fui joven y dejé muy claro cuando era un sí o cuando era un no y me hice entender, aún aguanto alguna mano en el muslo. No lo hago por mí, lo hago por vuestras hijas. Y en contra de los que salen de caza.