Opinión

De todos

El otro día, mientras hacía guardia en el chiringuito, aparecieron dos alemanes con rasgos turcos completamente desolados. Les habían robado todo en la playa. Les sustrajeron las llaves del coche, del apartamento, los pasaportes, dinero y el resto de pertenencias, incluidas las camisetas. La chica lloraba y el chico intentaba recuperar la calma para explicarse con la policía. La situación de indefensión en la que se encontraban ambos no era agradable.

Y entonces caes en la cuenta de que ese episodio quizá les marque para siempre la opinión que vayan a tener de España. Así que en la panda nos movilizamos y les ofrecimos dinero, los cien euros que llevábamos. La pareja se emocionó y allí acabamos todos con el lagrimón. Acabar con los amigos de lo ajeno es complicado pero podemos hacer cosas, esto no nos puede ser externo.

De nosotros también depende que nuestro turismo sea algo más que un paisaje o una gastronomía extraordinaria. Nosotros también somos turismo. Un amigo mío dice que la fama de un país depende de que las cinco personas con las que nos hayamos cruzado tengan clara su responsabilidad. Rumanía es estupendo y la gente es majisísima. A cuántos rumanos hemos conocido en esas vacaciones, diez, veinte. Con ese grupito compondremos la categoría de un lugar. Los asturianos son geniales, les preguntas por una calle y te acompañan a la dirección. Bendito sea el asturiano que acompañó aquel día, en aquella tarde, al paisano que preguntó, bendita la señora de una venta en Andalucía que tenía aceitunas y una cerveza, bendito el vasco leal, el catalán trabajador. Y sólo espero que esa pareja, a esta hora, ya haya recibido más ayuda y que el robo quede en un mal sueño. Turismo somos todos.