Opinión

Cambios

La Comisión Europea ha dicho que puede que igual se atreva y que con un poco de suerte proponga que se acabe lo del cambio horario dos veces al año. Lo escribo con tanta cabriola porque ya sabemos que esta gente se toma muy en serio lo de la prudencia, así como si le diera cosa dar alguna vez un puñetazo en la mesa y que les tomemos por gente válida. El caso es que Pedro Sánchez ha aprovechado la circunstancia para abrir el viejo debate de siempre, esto es, regresar al huso horario que modificó Franco para que pareciéramos alemanes, lo que supondría vivir a partir de ahora con una hora menos. Si las intenciones de la Comisión Europea se cumplieran y se decidiera que permaneciéramos en la hora actual, la que tenemos de marzo a octubre, en verano no notaríamos cambios pero en invierno amanecería sobre las nueve de la mañana, que es mi opción vital. Si por el contrario se hiciese constante el horario de invierno, el que tenemos de octubre a marzo, la novedad aparecería en verano, con amanecidas como en el Caribe, sobre las cinco y media de la mañana y el sol se iría a eso de las ocho y media de la tarde.

Yo tengo clara mi preferencia pero seguro que llegan los que saben y concluyen que mi opción es contraria a los intereses de las empresas, as usual. Pedro Sánchez ya ha dicho que va a crear otro comité de expertos, otro más, para estudiar qué nos conviene pero ya les adelanto que, como a españoles no nos ganan, hay abandonos antes de empezar. Los canarios dicen que lo de vivir con una hora menos les sale rentable y algún nacionalista gallego ya ha propuesto que la mitad de la comunidad tenga un huso horario distinto. Qué entretenidos somos, la verdad. Entre las cenizas de Patxi y el reloj, estamos ya en primavera.