Opinión

Inteligencia

Igual que se ha puesto de moda cargar contra el feminismo, las políticas de género, la igualdad, la paridad o contra la libertad que conlleva no someterte a los apriorismos políticos, ahora también se ha puesto de moda asegurar que los perros ni son tan listos, ni tan buenos ni tan afectivos. Sin ir más lejos, un grupo de investigadores de las Universidades británicas de Exeter y Canterbury Christ Church han publicado un estudio (en una revista de esas con las que gracias a Dios no te vas encontrar en el quiosco junto al especial Arrg del Cuore) en el que afirman que los perros no son inteligentes. O por lo menos no de una forma especial si las comparamos con otras especies.

Para llegar a esta conclusión, compararon la fuerza mental de los perros con los leones, las hienas o los lobos. Dice esta gente con gafas que los humanos damos por supuesto que los perros son inteligentes y que solo esperamos a que nos digan cuánto. A los perros les hicieron pasar por pruebas para saber cómo reaccionan en situaciones sociales, espaciales, físicas y hasta se les examinó de «autoconciencia». Bien, pues por lo visto no llegan a lo esperado. Me gustaría decirles a esos científicos sesudos que ni siquiera los científicos sesudos son en ocasiones lo inteligentes que uno supone con personas que trabajan en bata. Es más, algunos de esos científicos (por no hablar del resto del común de los vulgares) se comportan fatal en situaciones sociales, no tienen habilidades comunicativas y no saben dónde han dejado las gafas. Pero lo mejor de todo esto es que a los perros no les hace falta ser inteligentes porque poseen un instinto emocional que les hace captar cómo se sienten los seres supuestamente más inteligentes. Y lo que es mejor: tienen el don natural de tratar de acompañar. En qué chorradicas gastamos tiempo, oigan.