Opinión
NO..
Hola, me llamo María José Navarro y Vox no me gusta. Vaya por delante, para que esa gente salida de debajo de las piedras que te exige respeto con algún que otro gesto autoritario, tenga en cuenta que también puede haber una parte de los ciudadanos que no comulgue con lo de Santiago Abascal, siendo esa parte católica y española. Ese es mi caso. Conste en acta que me parece genial lo que quiera votar el personal; otra cosa es que todos los votos me parezcan igualmente acompasados al tiempo en el que vivimos, que sean igualmente conscientes de lo que nos jugamos y de tres o cuatro cosas básicas entre seres humanos. Vox no es mi opción porque creo que aprovecha el hartazgo para meternos en una espiral que ni los mismos votantes de Vox conocen. Creo que aprovechan el cansancio para contarnos que el problema es el feminismo y dicen que hay mujeres que someten, que mienten y que firman denuncias falsas.
Les invito, como siempre, a consultar los datos oficiales del Ministerio, no de los foros truchos . Sus candidatos escriben en sus redes como machitos acodados en una barra, envalentonados, engorilados, empalomados, inyectados en un macarrismo patibulario y matón. Su discurso es supremacista con disimulo (esa cosa de decir y luego decir que no he dicho), con ambiciones moralizantes y alejadas de lo que una cree que debe sentirse ante el prójimo de otro color, raza, opción sexual o religión. Vox no es otra cosa que el reflejo de nuestros instintos primarios. Y yo no quiero ser eso. Saldrán ahora los que piensen que «atacar» a Vox es estar con Podemos. Lo malo de Podemos (que también lo tiene) no hace mejor a Vox. Cada uno tiene lo suyo en tó lo alto, pero que no cuenten conmigo para esa cosa que apoya Marine Le Pen o Matteo Salvini, dos seres humanos que carecen de toda empatía. Que conste en acta. No me confundan jamás.
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