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No lo he dicho yo, que lo ha dicho la Guardia Civil. Concretamente lo ha dicho Antonia Alanzol, sargento del Equipo Mujer Menor de la Benemérita en Baleares durante una conferencia en la Jornada de formación Actuación Policial frente a la Violencia de Género. «Solemos juzgar a la víctima. Nos preguntamos por su número de novios, hijos, maridos, qué hacía cuando ocurrió o dónde se encontraba. Eso no puede ser. Hay que mirar al agresor, vigilarle. La víctima ya lo es y la estamos victimizando otra vez».

Ha dado en el clavo Antonia, que quizá comience a abrir un melón que aún está lejos de solucionarse. Quizá si lo dice la Guardia Civil se destierre para siempre la idea de que toda esta monserga la pilotan las feministas. Ay, las feministas, qué malas somos. La culpa no es de los que matan, la culpa es nuestra, que somos unas locas carentes de sexo que sangramos por la herida. Somos unas histéricas de mierda que odiamos a los tíos porque no nos tocan ni con un palo.

Somos las que corrompemos el sistema para que se vuelva contra ellos, las que sospechamos de todo, las que señalamos a todos. Las que insistimos en los datos oficiales en vez de dejarnos llevar por el mantra que asegura en los foros de machitos que hay mucha denuncia falsa. Las que seguimos diciendo que estamos en un momento pendular delicado, peligroso, en el que el machismo ha pillado terreno. Un momento en el que las mujeres tienen que justificar de antemano que no son feministas para poder discutir de cualquier cosa con un hombre. Así seguimos, así estamos, en este punto no solo no hemos avanzado, sino que estamos dando algún pasito en falso. No lo he dicho yo, que lo ha dicho la Guardia Civil.