Opinión
A lo loco
Conozco a varios taxistas por su nombre y sé que deben estar pasando por horas y días complicados. Se debaten entre lo que les pide la cabeza y el corazón, es decir, lo que les pide su futuro y su presente versus lo que les indica su sentido común. Ninguno quiere que pase lo que está pasando en sitios puntuales, no les apetece ver las imágenes en los telediarios y si no se quedan en sus casas es por aplacar ánimos de los propios. Dicho lo cual, tengo que agradecerle un detalle a los taxistas. Después de ver la foto de Joan Gaspart, ex Presidente del Barça y actual President de Turisme de Barcelona en el Metro de Madrid, tengo claro que hay otra dimensión dedicado, a modo de parque temático, a los esclavos del microclima burgués: un mundo nuevo y repleto de aventuras para los que, obligados por los acontecimientos, han abandonado, por fin, sus coches, y se ha atrevido sin miedo a bajar al suburbano. «Tampoco es tan trágico» ha escrito Gaspart en sus redes sociales tras estrenarse en el transporte público. Queridos amigos que solo han ido al metro o al autobús en plan experiencia extrema: no tengan miedo. Verán que se llega igual, incluso antes, incluso a la vez; cuesta menos, no te atracan habitualmente, al ladito igual le toca una persona normal y, sobre todo, comprobarán que, lejos de lo que Vds habían visualizado cuando se fueron a esa urbanización alejada del mundo y de los problemas mundanos, es posible moverse, salir de esa jaula de oro sin coche. Escucho estos días tanta rabia y tanta impotencia que me es difícil encontrar empatía con los que se sienten presos. Oigan, que se puede, en serio. Y que es independiente de culpar a Colau y Carmena, que es que el transporte público existe antes de ellas y que está muy bien. Ánimo. Cantimplora, mucho Coronel Tapioca, y a la jungla.
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