Opinión

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Por lo visto, el Gobierno va a dar marcha atrás a esa idea suya un poco peregrina de obligar a todos los estudiantes que realicen prácticas académicas en empresas u otras modalidades de estancia de formación. El Ejecutivo de Pedro Sánchez pretendía que fueran dados de alta en la Seguridad Social y que se pagase por ellos las correspondientes cotizaciones sociales y, por lo que hemos intuido, va a recular. A mí me gustaría, no obstante, que alguien diera un golpe en la mesa sobre el asunto de las prácticas en los trabajos, porque estos pobres chicos están eternizando esas prácticas, haciendo claramente las mismas funciones que los seniors y sin ninguna cobertura legal. Es decir, sería bueno que alguien vigilase que, siendo imprescindible para los jóvenes tener experiencia antes de firmar un contrato como Dios manda, todo sean trabas para que ese período acabe en un tiempo razonable que les permita independizarse, crear una familia, tener niños para que paguen nuestras pensiones o hacer lo que se les ponga en la punta del bolo. Pero que no se les engañe más. Algo habrá que hacer para dignificar las aportaciones de esos chicos que son algo más que «una ayudita». Dicho lo cual, exijo un tutelaje también en la política porque hay recién aterrizados que necesitan madurar un ratito más en caja, como las peras sanjuaneras. Esther Muñoz, senadora del PP por León, demostró la otra tarde en la Cámara Alta que el trajecito aún le va grande. Esta cosa moderna de faltarle a la gente que quiere desenterrar a sus muertos, represaliados de la Guerra Civil, es de novatada gorda. Miren, pongan Vds en tela de juicio, si es que les produce tanto picor, los fondos que se dedican a la búsqueda, pero no usen tono de mercadillo de bragas. Que no es que la senadora sea nueva, es que suena a faltona eterna.