Opinión
Borja
Voy a empezar diciendo que Borja Sémper me parece un bombón. Voy a empezar por ahí para que los cuatro retrógrados que leen lo que sea para indignarse, puedan hacerlo por varios motivos. Primero, porque les parecerá muy mal que la defensa de un político se haga porque «hay que ver lo mono que es» y eso me pone muchísimo. Les recuerdo que nuestro Presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se considera guapo, ojo. Pues a mí Sémper me parece digno de llevarse un voto aunque solo sea por la panorámica. Luego me parece también muy estupendo que haya hecho un spot para su campaña a la alcaldía de Donosti tan chulo y tan bonito y, fundamentalmente, me parece mucho mejor que haya pisado varios callos por no incluir un logo pero, sin embargo, mostrar una ciudad tan preciosa, tan auténtica siempre, libre de logros partidistas y que vive un momento de alegría fabulosa después de la desaparición de Eta. Si eso no lo saben entender los suyos (recuerdo que es Presidente del PP de Guipúzcoa y Candidato a la Alcaldía de San Sebastián), demostrará una torpeza infinita por perder una oportunidad de probar nuevos lenguajes y nuevas formas que van haciendo falta. Pero lo que más me gusta de Sémper es que sea señalado (es alucinante) por ser prácticamente pro-filo-etarra en sus planes de tratar de llevar a Bildu a algún terreno intermedio donde se les pueda acercar al consenso (les recuerdo también que Bildu está fuertecita allá) y rechazar las políticas anti feministas de Vox, políticas que nos llevarán, Dios no lo quiera, a dar pasos atrás en nuestros derechos. Por toda esa lucha contra corriente, Borja Sémper me parece un tipo por el que su partido debería apostar y, de paso, apostar también la gente de Donosti. Dice mucho a su favor compartir la vida con una mujer feminista con la que no coincide en muchos planteamientos ideológicos y a la que sigue haciendo reír. Por muchos hombres así.
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