Opinión
Fuego amigo
Amparo Rubiales, la que fuera Consejera de la Junta de Andalucía, una política veterana, referente durante un tiempo y una abogada y profesora universitaria muy respetable, ha pegado un frenazo en su sensatez y templanza. Y no sé yo si no será derrape. Ya saben los que me siguen (uno o ninguno) que yo me considero feminista, así que todo aquel o aquella que lo sea y defienda la igualdad de nuestros derechos con los hombres me tiene de su parte. Inés Arrimadas es también andaluza, una mujer formada, una excelente parlamentaria y una portavoz valiente que no se arredra a las primeras de cambio. Arrimadas busca y apuesta por un feminismo liberal y Rubiales es de las de viejo cuño. Ignoro qué es eso del feminismo liberal, me parece que son componendas bienpensantes y bienquedantes y me da la sensación también de que Arrimadas ha dado carta de naturaleza a alguno de los mantras de Vox al respecto para montar un remedo de feminismo bonito y light para los hombres. Es evidente que no me mola, pero estoy encantada de que exista, pueda existir y siga existiendo algo con lo que no comulgo en absoluto. Ha dicho Inés Arrimadas que no hay que criminalizar a las mujeres que no fueron a las manifestaciones del Día Internacional y es que no puedo estar más de acuerdo, aun asistiendo yo en primer saludo militante. Respondió Rubiales y lo hizo así: «Eres muy tonta, nadie ha criminalizado a las mujeres, so tonta. Todavía no sé para qué sirves». Ni un machista lo hubiera dicho tan de manual de machista, Amparo. Así que a esas alturas o bajuras de la vida te ves obligada a empatizar con esas mujeres a las que, supuestamente, pretende defender Rubiales. Pues lo está Vd haciendo como el orto, señora mía. Al suelo, que vienen los nuestros.
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