Opinión

Se buscan críticos

Hay una cosa que se estudia en física que habla de sistemas

de referencia y tiene que ver con eso que nos pasa cuando estamos en el coche

en un atasco, miramos por la ventana, vemos que el de al lado se mueve y no

estamos seguros de si es el otro, o somos nosotros, los que nos movemos.

Es curioso cómo cambia la perspectiva de las cosas

dependiendo del sistema de referencia en el que nos encontremos o lo que,

traducido al lenguaje popular, sería que no es lo mismo ver los toros desde el

ruedo o desde la barrera.

El caso es que llevo ya cosa de un mes fuera de España. Han

pasado las elecciones generales y ya estamos inmersos en la campaña electoral

de municipales, autonómicas y europeas. He cambiado por completo de sistema de

referencia y me hallo un poco perdido.

Cuando uno vive en España la información que recibe proviene,

entre otros, de la radio, la televisión, diarios digitales y redes sociales.

También se puede medir el pulso de la actualidad hablando con el vecino o los

compañeros de trabajo de un modo inmediato y casi inconsciente. En el

extranjero este estar al tanto de las novedades implica una búsqueda activa de

la información pues ésta no llega de manera natural.

He de reconocer que no he estado demasiado pendiente de

buscar noticias, y si alguien me pregunta por cómo ha ido en este último mes la

cosa española, europea y mundial, resumiéndola en tres titulares, le diría:

  • El PSOE ha ganado las elecciones.
  • En la Champions el Liverpool ha eliminado al

Barcelona.

  • Se ha estrenado la última temporada de Juego de
  • Tronos y hay mucho irritado porque algunos se dedican a destripar el final de

    los capítulos.

    A la vista de esto me sorprende comprobar lo sencillo que

    resulta perder el contacto con la realidad que nos rodea. Lo fácil que resulta,

    en un tiempo en el que la información se encuentra por todas partes, el

    aislarse del exterior y centrarse en lo que a uno le resulta más cercano.

    Por otra parte, esta capacidad de abstracción se me antoja

    un tanto peligrosa a la hora de tomar decisiones de manera razonada y libre.

    Por ejemplo, ¿cómo podremos elegir bien a nuestros representantes si no

    reparamos en programas electorales o no atendemos a los debates? ¿No será mucho

    más sencillo engañarnos si no conocemos bien la realidad?

    Con todo esto, parece evidente la necesidad de inculcar desde grandes a pequeños un ansia por tener un espíritu crítico que nos impulse a saber y conocer. Debemos hacer ver que ciertas decisiones en la vida no se pueden tomar a la ligera o sin conocer hasta los últimos detalles del asunto. Nadie se compra un coche sin saber cuánto consume o compararlo con otros vehículos, pues con todo lo demás igual, aunque luego en un atasco no sepas si el que se mueve eres tú o el de al lado.