Opinión

Bitcoin = nada

Si te estafan en Bitcoin, te tendrán que indemnizar en euros. Porque los Bitcoin no valen nada. No son dinero. No sirven como tal. Puede que sí como elementos de intercambio de bienes o servicios. Pero desde luego no como moneda. Era lógico pero ahora además lo dice el Tribunal Supremo.

Nadie respalda el Bitcoin. Ningún banco o entidad financiera. Nadie asegura su valor, que sólo se basa en la escasez -cuanta más gente trata de conseguirlos menos se producen, con un límite de 21 millones-. Puede que sea la tecnología perfecta para especular y publicar bonitos titulares. Pero apenas sirve para algo más: no se puede comprar una casa, ni un coche, ni en el supermercado con Bitcoin.

El Bitcoin no es más que una 'criptomoneda'. O, mejor dicho, un 'criptovalor'. Según la tendencia del supremo, un activo inmaterial de intercambio. Uno caro, eso sí. Un Bitcoin ha llegado a cotizar en los mercados donde se especula con él más de 12.000 dólares la unidad. Es un caso único por ser pionero. ¿Llegarán a dichas cantidades el resto de 'criptovalores' que circulan por el mundo? Probablemente no.

¿Quién controla el mundo del Bitcoin? Unos pocos. Se trata de un sector muy concentrado. Alrededor de 1.000 personas concentrarían el 40% del mercado. En el caso de otros criptovalores, como ether, ese 40% está en manos de apenas 100 personas. Y sin regular. ¿Quién garantiza que no coordinan sus operaciones para especular con este tecnología?

Y la situación no hace sino empeorar: es imposible saber quién controla los Bitcoin. Las transacciones son públicas, sí, pero los dueños de las carteras no tienen que revelar su identidad para realizarlas. El inventor del Bitcoin -cuya identidad se desconoce- pretendía crear una herramienta transaccional segura y confiable. Alguien decidió llamarlo 'criptomoneda' y convertirlo en un bien sin utilidad pero con un enorme valor de mercado.

El negocio fue redondo mientras no se enfrentó a la ley. Ahora el Tribunal Supremo reafirma que estas unidades transaccionales no tienen respaldo legal o financiero. ¿Será el inicio del fin de la locura de las criptomonedas? Al menos podría ser el principio de su regulación. Por algo se empieza.