Opinión

El Chiringuito de Pedrerol: Siempre Messi, solo Messi

Otra vez él. El de siempre. El que desatasca los partidos cuando se ponen cuesta arriba. El que marca los goles importantes. El que levanta al Camp Nou cuando el equipo no funciona. Al que se agarran todos cuando la cosa pinta mal. El salvador. El mejor. El único. Otra vez tuvo que ser Leo Messi el que cogiera el partido por la pechera para rescatar al Barça de una situación difícil.


Messi es el equipo

Se volvió a demostrar que es el mejor. Pero lo grave para los azulgrana es que Messi es el equipo. El Barça empieza y acaba en el argentino. Si no está, no queda nada. Si él no rema, el barco se hunde. Si baja los brazos, no hay nadie que levante la cabeza. Tampoco ayuda Valverde, que no encuentra soluciones. No se juega a nada. Solo juega Messi.


El público espera poco

El público de un Camp Nou medio vacío ya no espera fútbol de toque, ni combinaciones de vértigo, ni siquiera que su equipo domine al rival durante todo el encuentro. Sólo confían en que Messi enganche alguna falta en la frontal o protagonice una arrancada de las suyas. Que se saque una genialidad de la chistera. Poco más ofrece el Barça actual. El Celta había empatado el partido con un gran libre directo de Olaza y lo que hizo Leo fue responder metiendo él dos. Ha tirado diez en esta Liga y ha metido cuatro. Cada falta que lanza es una lección magistral. Casi un penalti. O más.

¿Y Griezmann?

Ante el Celta vimos a un Barça que, hasta que Messi las metió, no era capaz de dominar al Celta. No ayuda Griezmann, que sigue perdido y no aprovechó un gran pase que le dio el argentino. Tiene que espabilar. Se ha demostrado que Messi solo no puede. Él lo tenía muy claro: quería a Neymar. Y Bartomeu hizo el paripé en verano, pero no el fichaje del brasileño.

Miedo a su adiós

El presidente ha dicho que ya prepara la era post-Messi. Ya lo puede hacer bien. Los culés tiemblan sólo de pensar en el agujero que va a dejar el «10». No quieren ni imaginarse al Barça sin el «crack», del que tienen una dependencia absoluta.

La «copa linda»

Leo sigue teniendo como prioridad esa «copa tan linda», la Champions, el torneo que se le resiste desde 2015. Pero la sensación es que este año, en el que Valverde no da con la tecla y los jugadores que deberían dar un paso al frente no aparecen, lo va a marcar nuevamente el nivel que consiga ofrecer Messi. Y lo que le aguanten las fuerzas. Habrá que ver si acaba entero o llega a final de temporada como el año pasado. De él depende la temporada del Barça.