Opinión

La posesión es una milonga

El Barcelona volvió a aburrir con muchos pases y pocos remates. Demostró una vez más que tener el balón no es sinónimo de buen fútbol y que muchos siguen confundidos

Y por «milonga» no me refiero al baile argentino, sino al engaño, al cuento. La posesión es una mentira. No dice nada, sólo quién tiene el balón, pero no quién lo mueve mejor y lo lleva más a la portería contraria. Aunque muchos estaban confundidos. Quizá Guardiola llevó a esa confusión con su Barça. O la España de Luis y Del Bosque. O Cruyff. «Que corra el balón, no el jugador», decía. Hasta sus entrenamientos eran un espectáculo con la velocidad de los rondos. Su segundo, Rexach, lo llevaba todavía más lejos: «Correr es de cobardes», afirmaba. Todo pasaba por tener el balón, pero se trataba de una posesión con intención. Una forma de jugar que cansaba al rival hasta que cometía errores. Una forma de llegar al área contraria. Porque eso es el fútbol: llegar y marcar.

Menos lecciones Y para hacer gol hay muchos caminos. Muchas formas de jugar. Ni mejores ni peores. Expresiones como «el estilo no se negocia» o «filosofía Barça», con las que algunos daban lecciones desde su púlpito sobre lo que era el fútbol, estaban equivocadas. Incluso Pep llamó «atletas» a los jugadores del Madrid tras un baño tremendo que le dieron a su Bayern en Múnich.

Pases y más pases Los datos con Quique Setién son demoledores. 1.005 pases contra el Granada, pero solo 200 hacia delante. Todo para marcar un gol contra diez. ¡Y qué aburrimiento contra el Valencia! 74 por ciento de posesión para que tu rival te gane 2-0, remate más a puerta y el mejor sea Ter Stegen. En la primera parte, el Valencia tocó tres veces el balón y casi marca en las tres. Maradona, que pedía «un campo sin portería para España», se habría dormido en esa primera parte. El portero ché ni la tocó.

«Mandan los goles» Dijo Busquets que «hoy día lo que mandan son los goles». Muchos siguen confundidos en ese vestuario. Querido Sergio: ¡toda la vida ha sido así! También reconocía que deben adaptarse al nuevo sistema. Sería analizable si un equipo que va líder debe adaptarse a nadie a mitad de temporada.

Mirar más arriba Setién es buen entrenador. Sabe lo que quiere y lo puede conseguir. Pero hay que cambiar el foco. ¿Está bien hecha la plantilla? ¿Está compensada? ¿Hay recambio para Suárez? ¿Se vende a Carles Pérez? Hay que hacer un análisis profundo del trabajo de la dirección deportiva, con Abidal a la cabeza. Tras el ridículo con Neymar en París, se ha lucido con la búsqueda de un recambio para Valverde. Quizá el problema no está en el campo ni en el vestuario, sino más arriba. Esos sí que no tienen un pase.