Opinión

El Barça necesita once Sarabias

«¡Sarabia! ¡Sarabia!». Así reaccionó el Camp Nou a las palabras y expresiones del segundo entrenador del Barça en el banquillo del Bernabéu hace una semana. Es lo que exigen los culés: más intensidad a un equipo adormecido, que aburre a las ovejas con su fútbol, y a un Setién que no ha aportado nada desde que llegó al club blaugrana.

Reforzado Sarabia no sale tocado del Clásico, al contrario. Su figura ha sido reforzada también por el vestuario, con la defensa que hicieron de él dos pesos pesados como Piqué y Jordi Alba. Son los propios jugadores los que no le dieron importancia al comportamiento del segundo entrenador y los que aclararon que no necesitaba pedir perdón a nadie. Justo lo que hizo Setién demasiadas veces.

Excesivas ganas de agradar Setién fue la tercera opción para relevar a Valverde en el banquillo del Barça, y está muy agradecido. Quizá en exceso. Sus ganas de agradar y de lograr complicidad con sus futbolistas llegan a ser exageradas. Hay un gran contraste entre la tristeza que transmite el entrenador cántabro y la valentía que desprende Sarabia.

Delante de las cámaras Ante la Real Sociedad, vi a Setién gritando y gesticulando más que de costumbre, buscando protagonismo delante de las cámaras para que nadie pueda pensar que quien manda y da las órdenes es su ayudante. Vi a un Setién intentando hacerse valer. Pero, más allá de postureos en el banquillo, la realidad es que ni él ni su Barça transmiten nada.

Messi, cansado y nervioso En medio de una situación muy delicada para Bartomeu, con amago de pañolada del Camp Nou, a la gente le sigue preocupando lo que ve en el césped. La única esperanza de un equipo triste es que aparezca Messi, pero al argentino se le ve cansado y nervioso. Reflejo de esta impotencia fue su pisotón a destiempo a Diego Llorente.

Más autocrítica Setién debe aspirar a más que un 1-0 de penalti con el Barça deambulando por el campo durante muchos minutos. Tampoco puede presumir de siete ocasiones en el Bernabéu si tu eterno rival te ha ganado y además pintándote la cara en la segunda parte. Debe asumir que está empeorando a Valverde y hacer autocrítica. Peleará la Liga porque tiene a Messi y un buen resultado en Champions, donde lo difícil vendrá después. Pero su Barça es imprevisible y no invita al optimismo. Necesita a once Sarabias.