Opinión

El Rey echa a el Rey

Estábamos todos todavía impactados con las informaciones sobre el coronavirus en España, todavía estudiando el decreto de Estado de Alarma aprobado por el Gobierno de coalición, cuando ayer, a las 19.34 de la tarde llegó un sorprendente y largo comunicado de Zarzuela, en el que se hacía eco de «las informaciones publicadas por The Telegraph y otros medios de comunicación».

Las cuestiones preliminares no eran menos importantes. Primera: que don Juan Carlos tenía conocimiento de la decisión de don Felipe de renunciar a la herencia de su padre, así como a «cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona». Segunda: que don Juan Carlos dejaba de percibir la asignación de los Presupuestos de la Casa del Rey. Tercera: que en relación con las noticias aparecidas ayer sobre la Fundación Zagatka, don Felipe desconocía ser beneficiario de dicha Fundación.

Y cuarta: que sobre otras noticias, también publicadas en la tarde de ayer sobre otra fundación llamada Lucum, don Felipe acudió a un notario el 12 de abril del año pasado rechazando por sí y por su hija cualquier tipo de herencia que les pudiera corresponder como herederos de Don Juan Carlos. Pero en el mismo comunicado hay una parte final bastante reveladora.