Opinión

Sesión y pacto

Cree el Gobierno que el PP les critica para que Vox no les coma la tostada. No quieren reconocer que si les meten tanta caña es porque la gestión sanitaria, económica y política es un desastre. Cree el Gobierno que puede fijar en una rueda de prensa una reunión con Casado para dos días después, sin ni siquiera informarle de los temas que se van a tratar. A Inés Arrimadas tampoco la habían llamado al terminar estas líneas.

Cree el Gobierno que un pacto de Estado con la oposición puede hacerse con un partido –Unidas Podemos– que agita en la sesión de control parlamentaria la Constitución como salvavidas para todos, mientras el día anterior escribía «Ni Corona, ni virus» sobre el Rey.

Quizá cree Sánchez que va a poder meter en un mismo saco a Unidas Podemos, PP y Cs, como ya metió en otro a Esquerra Republicana, PNV y Bildu. Pero estos pactos no se consiguen cambiando el tono de Adriana Lastra por otro más emotivo y conciliador como el que ayer mostró el presidente, sino con propuestas concretas. Y lo primero, al margen de la tremenda crisis sanitaria, es un trabajo previo de análisis económico –como dice el profesor Buesa– sobre el que sustentar ese consenso. Y esos estudios, que sí los tiene la vicepresidenta Nadia Calviño, no pueden chocar con las soflamas de otros ministerios más ideologizados.

Luego vendrán las medidas de estabilización; la reforma del sistema financiero y fiscal; la del mercado de trabajo; y , por supuesto, crear instrumentos financieros para cubrir las urgentes necesidades de crédito para empresas y particulares tras la pandemia. Sería también el momento de estudiar una reforma del sistema autonómico para no recaer en esperpentos como los que acabamos de ver… Y es que no se puede buscar un consenso con la oposición sin papeles, sin ofertas concretas y encima con Iglesias. Porque si algo esconde este consenso por la vía rápida es la nada.

Buenas intenciones, pero nada de nada. Y ya comprobamos cada día a donde nos llevan las buenas intenciones de este Gobierno. Eso es lo que vimos ayer en el Congreso. Solo buenas palabras y una reunión de hoy para mañana. Pues tampoco.