Gobierno de España
Los líos de «Sánchez Iglesias, S. L.»
Iglesias es el primer interesado en que dure la legislatura y seguirá con su infructuoso intento de dejar su impronta en el gobierno
Hay que partir de la base de que los gobiernos siempre son complicados y todavía más cuando son de coalición. Esto es todavía mayor cuando el líder de una de las formaciones no tiene ninguna experiencia de gobierno y sigue instalado en el activismo. El consejo de ministros no es una asamblea universitaria, donde generalmente se pierde el tiempo y se quiere cambiar el mundo desde una mentalidad pequeño burguesa teñida de marxismo-populismo bolivariano. No es el camino. Los miembros de Podemos no tienen experiencia de gestión y además alguna cartera, como Consumo, es un florero para mayor gloria de Garzón. Había que colocarlo como fuera y Sánchez, que es muy listo, convirtió una dirección general con escasas competencias en un ministerio. El líder comunista se sintió feliz y se compró un traje nuevo. A la que se descuide el presidente, le pone su nombre a un hijo y le hace padrino. No hay que olvidar la extracción burguesa, generalmente muy acomodada, de los revolucionarios que están más a la izquierda en el consejo de ministros. Ninguno tuvo que trabajar para pagarse los estudios y si lo hicieron sería para conseguir dinero de bolsillo.
La realidad es que Iglesias va de victoria en victoria a la derrota electoral. Es la constatación de una realidad demoscópica que conoce perfectamente. El presidente del Gobierno está muy bien valorado entre los votantes de Podemos, hasta el extremo de que está casi empatado con Iglesias. Las relaciones de ambos son buenas y la comunicación muy fluida con reuniones regulares que permiten que la legislatura avance. A esto se une que el líder de Podemos está muy feliz como vicepresidente y tiene colocado a todo el mundo. Los opositores se han quedado en la papelera de la historia o en un papel meramente residual como sucede con Errejón. El gran intelectual de la izquierda mundial y el referente más relevante del pensamiento evanescente languidece en su escaño de diputado. En cualquier caso, cuando finalice esta etapa tendrá futuro como tertuliano y el PSOE le acogerá en la «casa común de la izquierda». Y si Castells impone su reforma para triturar la universidad pública no tengo ninguna duda de que algunos se podrán colocar de catedráticos por el sistema dedocrático. Iglesias es el primer interesado en que dure la legislatura y seguirá con su infructuoso intento de dejar su impronta en el gobierno. Al final, el beneficiario de «Sánchez e Iglesias, S. L.» es siempre el accionista mayoritario y titular de las carteras importantes.
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