Elecciones en Cataluña

La campaña del Covid

Finalmente, y como estaba previsto, el separatismo «gubernamental» de la Generalitat –con la interesada anuencia de Cs, entre otros– ha utilizado la pandemia para aplazar las elecciones convocadas por ministerio de la Ley, tras el ukase del prófugo de Waterloo para vetar la investidura de un nuevo president. Tras la inhabilitación de su desobediente vicario, sin ningún candidato investido y transcurrido el plazo legal establecido, las elecciones ahora aplazadas fueron convocadas automáticamente. Si el PSC plantea el recurso como ha sugerido, se presenta un interesante debate jurídico: ¿se pueden retrasar unas elecciones convocadas legalmente por quien no las convocó al carecer de competencias?

Desde la destitución de Torra, el Govern de la Generalitat está en funciones y con sus competencias limitadas, situación ahora prorrogada hasta el nuevo que se forme tras el 30 de mayo. La cosa tiene ribetes de vodevil, al que por desgracia la política catalana nos tiene acostumbrados.

Que la pandemia se utilice políticamente dada la preocupación causada por el desembarco electoral de Illa, utilizado de la misma manera por Sánchez al designarle candidato, describe a la perfección el desolador panorama en el que nos encontramos. Más de 80.000 muertos y el coronavirus de coartada política de unos y otros, con la Generalitat como botín electoral en disputa. Y piden no politizar la pandemia los que debieran dar ejemplo, convirtiéndola ahora en el tema central de debate en esta permanente y lamentable campaña electoral.