Opinión

El cuaderno de Chapu Apaolaza: La ‘bofetá’

Emmanuel Macron se ha acercado al público en Francia y le han dado una bofetada al grito de “¡Abajo la macronía!”. Bofetada tiene muchos sinónimos en castellano: sopapo, cate, cachete, tortazo, galleta y guantada. Mejor ‘guantá’. Somos un país de mano larga. A Íñigo Errejón también lo ha denunciado un señor por darle una patada cuando quería hacerse un selfie con él. Veremos en qué remata. En el partido del amor, Rafa Mayoral, dice que al gobernador del Banco de España habría que correrlo a gorrazos por el estudio donde se apunta que la subida del SMI impidió la creación de 170.000 empleos en 2019. Mayoral siempre habla desde una noche continua que lo envuelve, una nebulosa política como de no haber pasado por casa. Correr a gorrazos a alguien son las fruslerías del Podemos de ahora si tenemos en cuenta que cuando aparecieron, vendían guillotinas a escala 1:1.

También comparado con el viaje que le dieron a Rajoy en Pontevedra, lo de Macron ha sido una caricia de madre. ¡Y Rajoy perdonó al cateto que le pegó! Siempre nos quedarán Pontevedra y París. Anoté hace tiempo que París es esa ciudad en la que uno va a comprar un cargador para el móvil y todo son tiendas de violines. Y bofetadas. Claro que el agresor francés no era Pepe Legrá, el Tigre de Baracoa, que ganó el título europeo y Manuel Alcántara lo contaba así de bien: “Alzado, sonriente, gritando, golpeándose con ambos puños el pecho, el puma de Baracoa es paseado por el ring. Él, con la cabeza cerca de los focos, dice, gritando: “¡Yo, yo, yo!”. Está cobrándose en siete minutos la sangre, los sudores, los golpes, la fatiga y el hambre de siete años” (‘15 asaltos de leyenda’, Manuel Alcántara, Agustín Rivera y Teo León Gross, Libros del KO).

En todo ciudadano habita la tentación de zurrarle al político, cosa que resulta tan inservible, pues, al final, siempre se compadecen del abofeteado y ellos solo temen la mano de las urnas. En Sevilla, al paso de Jesús atado a la columna azotado por un romano, le cantaban esta saeta al romano: “Amánsate, fiero sayón, que como el señor se levante, la divina ‘bofetá’ va a ser ‘bofetá de muerte”.

El PP ha dejado al alcalde de Granada gobernando en minoría absoluta y en Ciudadanos ya hablan de agresión. En una rueda de prensa, Elías Bendodo bebe  agua de un vaso como en un poema de Antonio Gala. Dicen en la Junta que no hay elecciones a la vista, pero Manuel Sampalo recuerda que la afirmación superlativa andaluza contiene tres negaciones consecutivas. En Sevilla, claro que sí se dice ‘No ni ná’.

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