El desafío independentista

El miedo a las cesiones del Gobierno

Lo preocupante son los traspasos y las cesiones que sirven para ahondar en las desigualdades.

Es lógico que las autonomías estén preocupadas ante la consagración de la vía de la bilateralidad en las relaciones del gobierno con los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos. Es un modelo muy peligroso porque establece comunidades de primera y de segunda por el que se premia a los partidos que garantizan la estabilidad gubernamental.

En el caso de los primeros es todavía más inquietante ya que su objetivo ha sido, es y sigue siendo lograr la destrucción de España. No hay que olvidar que es lo que produciría la independencia y no es una lectura catastrófica de sus consecuencias.

La realidad que se ha vivido desde que la Constitución estableció el modelo del Estado de las Autonomías ha sido que el debilitamiento de la presencia del gobierno, por medio de competencias y cesiones de todo tipo, no hace más que fortalecer el objetivo separatista de unas formaciones que se han ido radicalizando. Lo sucedido con la fracasada declaración de independencia, las sentencias del Supremo y los indultos pone de manifiesto que estamos ante un escenario que es muy desfavorable.

Sánchez ha conseguido la distensión imponiendo la libertad, aunque sea condicionada, de los protagonistas del golpe contra la Constitución, el Estatuto de Autonomía y la convivencia.

Nada me gustaría más que mi tierra regrese a la normalidad e incluso, espero que se entiendan mis palabras, no me importarían los indultos, pero me temo que las concesiones no harán más que fortalecer la obsesión por la independencia. El Estado está cada vez más débil en Cataluña y todo indica que han asumido que necesitan incrementar su base social para que la ruptura sea irreversible.

La reunión de la comisión bilateral trajo la buena noticia de la inversión de 1.700 millones en el aeropuerto de El Prat. Es positiva porque todo lo que sean inversiones que favorezcan el tejido productivo es bueno para España. Lo preocupante son los traspasos y las cesiones que sirven para ahondar en las desigualdades.

Los nacionalistas y los independentistas nunca son leales al conjunto porque su prioridad se circunscribe a los intereses de sus respectivas autonomías y a lo que puedan sacar del resto. La única solución es la multilateralidad y la colaboración entre los partidos constitucionalistas para garantizar la igualdad y el desarrollo armónico de todos los territorios.