Rusia

Las opciones ucranianas

Lo más probable es que el Sr. Putin actué únicamente sobre el Donbás aunque lo más peligroso que se le puede ocurrir es invadir toda Ucrania

Ángel Tafala

En los periodos de mi carrera militar en que participe en planeamientos operativos, bien redactando Planes o las más ejecutivas Órdenes, aplicábamos el proceso de decisión tradicional en la Armada española. Este proceso, se iniciaba con un estudio de la situación general y misión asignada, pasando a continuación a determinar qué posibilidades de acción tenía el adversario, adjudicando a cada una de ellas un cierto grado de peligrosidad y probabilidad. Luego se continuaba definiendo un número limitado de líneas de acción propia y tras combinarlas con las posibilidades del adversario, se llegaba a recomendar adoptar una de las primeras. Tras la decisión, finalizaba la fase de planeamiento y comenzaba la de ejecución.

Apliquemos estos procedimientos a la preocupante situación actual de Ucrania utilizando únicamente los datos de fuentes abiertas de los que se dispone en abundancia, pues tanto Rusia como los norteamericanos y la OTAN no han escatimado informaciones tratando de influir en la opinión pública contraria. No debe esperar el lector que lleguemos a la fase de la decisión propia, que naturalmente sería secreta, sino que nos centraremos únicamente en tratar de determinar qué puede hacer el presidente Putin en la amenazada Ucrania con su actual despliegue de efectivos ante sus fronteras. Y digo Putin y no Rusia, porque esta crisis ha sido personalmente creada y conducida por él aunque siga líneas generales históricas sobre la inseguridad de esta problemática nación. Solo el Sr. Putin sabe lo que van a hacer, pues ni sus negociadores y portavoces ofrecen claros síntomas sobre intenciones, limitándose a recitar un catálogo de peticiones, algunas totalmente inasumibles por los occidentales, tales como retornar a un pasado anterior a 1991 con la URSS todavía activa.

Cuatro son las posibilidades básicas que el Sr. Putin puede contemplar en su objetivo de amedrentar Ucrania e impedir que juegue en el campo europeo y aliado atlántico. La primera, es paradójicamente no hacer nada. Que su despliegue militar de 100.000 efectivos sea un bluf. Esta línea de acción tiene naturalmente una peligrosidad muy baja pero, desgraciadamente también, una probabilidad muy baja, pues el Sr. Putin está conduciendo esta crisis, básicamente, pensando en la opinión pública rusa. El gran patriotismo ruso ha sido estimulado al máximo con declaraciones sobre que ellos y los ucranianos son un mismo pueblo, todo ello acompañado de soflamas y falsificaciones históricas. Es muy difícil pues que el Sr. Putin pueda admitir ahora ante sus súbditos que el masivo despliegue de tropas era un mero ejercicio y que en realidad no va a pasar nada.

La segunda opción de Putin es invadir media Ucrania hasta el rio Dniéper apoderándose así de aquellas tierras que más han sentido históricamente la influencia eslava. Asignamos a esta línea de acción una peligrosidad grave y una probabilidad baja pues provocaría una reacción económica occidental severa a la vez que es previsible que la población ocupada se rebele parcialmente y asuma una resistencia permanente en forma de guerrilla apoyada directamente por la parte no sometida del gobierno ucraniano libre.

Invadir toda Ucrania es la tercera opción del Sr. Putin a la que asignaremos una peligrosidad extrema pero con una probabilidad baja pues los efectivos rusos actuales en la frontera no son suficientes para semejante operación. El mantener el esfuerzo que representaría la ocupación de un país de las dimensiones de Ucrania, sufriendo a la vez la virulenta reacción de la población de afinidades históricas polacas concentrada en el Oeste del país, unido a las previsibles duras represalias rusas –recuérdese Chechenia– traería consigo un panorama de pesadilla para un invasor económicamente debilitado. Pero si pese a todo ello el Sr. Putin emprendiese esta opción, la peligrosidad del contacto directo de efectivos rusos y aliados, al haber alcanzado los primeros las fronteras orientales de la OTAN, unido a la animadversión originada ante las graves sanciones económicas, crearía una situación de extrema gravedad entre dos fuerzas armadas nucleares lo que pudiera llegar a provocar un conflicto de alcance mundial del que no hay precedente histórico. Por eso esta opción es muy peligrosa para todos: rusos, aliados y el resto de la humanidad.

La cuarta y última opción de Putin es actuar sobre el Donbás con alguna de las fuerzas desplegadas pero reservando fuera el grueso como disuasión ante una reacción ucraniana enérgica –poco probable– que incline a su favor la situación de enfrentamiento congelado que se viene arrastrando desde el 2014. El presidente ruso podría alegar internacionalmente que se ve obligado a emprender esta línea de acción ante el incumplimiento por parte de Kiev de los acuerdos de Minsk que preveían asignar un cierto grado de autonomía a las regiones de Donetsk y Luhansk por lo que la consideramos como la más probable. Su peligrosidad es media salvo que la incursión en el Donbás se prolongue para tratar de establecer un pasillo de conexión con Crimea que discurra por la costa norte del mar de Azov, conquistando Maryupol, en cuyo caso pasaría a ser grave.

Resumiendo, tal como veo la situación considero que lo más probable es que el Sr. Putin actué únicamente sobre el Donbás aunque lo más peligroso que se le puede ocurrir es invadir toda Ucrania. Veremos que hace pero algo va a pasar. Nuestro problema es cubrir todas sus opciones con líneas de acción propias proporcionadas, que sean factibles de sostener.

Ángel Tafalla, es almirante (r)