Yolanda Díaz

Desunidas Podemos y la reforma laboral

«Ahora toca aparecer como reformadores del mercado de trabajo y dominadores de la opresora clase empresarial»

El caótico y menguante conglomerado liderado por Belarra y Montero bajo las órdenes de Pablo Iglesias y con Díaz como candidata designada tiene en la reforma laboral su proyecto estrella, aunque ahora andan compitiendo con el PSOE sobre la paternidad o maternidad del «no a la guerra». La sociedad española, como el resto de europeas, es contraria a cualquier conflicto bélico. Es algo consustancial a su amor por la riqueza y el bienestar. A lo largo de la Historia, todas las naciones o imperios en decadencia presentan estas características. Por ello, los romanos acabaron derrotados por los bárbaros que habían incorporado a sus fuerzas militares en el momento en que los ciudadanos no estaban dispuestos a luchar y, por tanto, morir por el Imperio. El ejército estadounidense está repleto de hispanos que así consiguen la nacionalidad o ciudadanos de clases humildes que adquieren así estudios y formación. En Desunidas Podemos tienen claro que es un buen tema para arremeter contra la eficaz y preparada Margarita Robles, por la que sienten una enorme antipatía que se sustenta en que son una colección de aficionados escasamente cualificados.

Una vez superada, o eso creen, la metedura de pata de Garzón y el infructuoso intento de convertirse en los defensores del medio ambiente y adalides del amor a las vacas, que conocen por las fotos y los documentales, ahora toca aparecer como reformadores del mercado de trabajo y dominadores de la opresora clase empresarial. Díaz ha tenido la suerte de tener como interlocutor al entregado Garamendi, que es un bien mandado y un brillante gestor de su enorme patrimonio familiar. He de reconocer que me fascinan los millonarios que alardean de su riqueza como hacían los nuevos ricos del petróleo de Oklahoma y Texas o los dueños de mataderos de Chicago. Mi padre me recomendaba que desconfiara cuando alguien hacía una soez ostentación de su fortuna, como mostraba el otro día el bueno de Garamendi en un prestigioso diario nacional. No sé si estaba equivocado, pero añadía: «dime de lo qué presumes y te diré de lo que careces». Tras rendirse con armas y bagajes a la inteligente vicepresidenta, ahora toca conseguir que sea la reforma laboral de Díaz y no de Sánchez, para utilizarla como reclamo electoral.