Pedro Sánchez

Kiev visita a Sánchez

Notas del 21 de abril, España entrando en los sitios a cara descubierta y visita oficial del presidente del Gobierno a Ucrania. Por ser justos, la mayor parte de la ciudadanía sigue llevando la mascarilla. Sabíamos que podíamos llegar a este momento en el que estamos en el que, si el Gobierno le dice a la gente que se puede quitar la mascarilla en interiores, entonces la gente piensa que quizás sea el momento de ponérsela.

Sánchez ha ido de visita a Kiev o es Kiev el que visita a Sánchez. A veces uno entra en las ciudades y otras veces son las ciudades las que entran en uno. Yo llevo dentro de mí unas cuantas y a veces las noto y cuando se me alborotan me duelen como por aquí. De la visita oficial traigo anotado en el cuaderno que el presidente se ha cubierto el chaleco antibalas con un presidencial y discreto abrigo azul. De la soledad política de Sánchez da medida que, de haber enseñado el chaleco, la mitad de España habría dicho que es un belicista y la otra, que es un fantasma. En realidad era España la que iba a Kiev, fuera que quien fuera el presidente y me ha gustado verla allí junto a Zelenski, Hércules del Maidan y a esas guardaespaldas ucranianas con fusiles de asalto y las uñas a la francesa. La lucha de las mujeres aquí es Irene Montero con la mucama del ministerio, pero si te digo la verdad, yo a esas ucranianas de las fuerzas especiales las veo así como ‘empoderaíllas’.

Sanchez tiene una relación extraña con lo correcto, por eso se le va acercando. Al principio de la guerra, para no molestar a sus socios de Gobierno, joé cómo se hacía el sueco. Si les mandó al principio cascos, chalecos, mascarillas y gel por si invadían los rusos sin las dos dosis de la vacuna, hoy ha anunciado que va a doblar el envío de armas. Si dura la guerra unos meses mas, lo vemos conduciendo un tanque.