Opinión

La Olona de mi copla

La única patria del político es su partido y su bandera, las encuestas

Notas del 24 de mayo, por ahí han dicho que la candidata de Vox a las andaluzas Macarena Olona es clavada a un personaje de un cuadro de Julio Romero de Torres y ahora, cada vez que la veo, se me hace que lleva detrás a la tuna de Derecho de Granada tocándole tiriririrín y cantándole que Julio Romero de Torres pintó a la mujer Olona, con los ojos de misterio y el alma llena de pena. “Puso en sus manos de bronce la guitarra cantaora, en sus labios un suspiro y en su alma una dolora”. Olona de mi copla. De nuevo, Manolo Escobar.

La candidata es abogada del Estado y de Alacant y dueña de una intensidad, un susurro y de pronto una furia que no sabe uno cómo definirla, pero yo conocí a una chica así una vez y la apodaban La Telúrica. Olona se empadronó en Salobreña y va gritando por ahí que es mujer, libre y andaluza. Lo fácil es hacerse andaluz; lo difícil es hacerse del Pacma.

Me gusta cuando la política se pone así de simple y alguien entiende que la candidata no es andaluza, pero tiene pinta de andaluza. Traje de gitana en la feria y venga que ir a los toros con Morante de la Puebla, pero el andaluz es un pueblo esquivo y caleidoscópico donde, si dicen de uno que es gracioso, malo. En cambio, el cumplido toma forma cuando lo que opinan de uno es “qué gracia tiene el hijo de la gran puta”. Por mí que se presente Olona, pues ya no importa de dónde son los candidatos ni dónde están empadronados, si en Salobreña o en Helsinki: la única patria del político es su partido y su bandera, las encuestas.

A Vox -Vó- lo votan sin necesidad de candidato. Cualquiera que se ponga ahí solo tiene cosas que perder. Les pasa un poco como al PSOE de Alfonso Guerra que decía que en Andalucía ponían de candidato a una cabra y la gente vota a la cabra y no vaya a entender nadie que Olona sea una cabra ni que esté como una de ellas, solo que es “Morena, la del bordado mantón, la de la alegre guitarra, la del clavel español, chimpón”.