Opinión

Resiliencia del Guadiana

Notas del tres de junio, la fusión de Don Benito y Villanueva de la Serena, que tan bien marchaba, se ha atascado en el nombre. En España, las cosas se enredan siempre en lo accesorio. Los alcaldes se pusieron de acuerdo en secreto: pactaron un referéndum y la salida de ambos de la política después de la fusión. Ninguno sería alcalde nunca más. Hicieron lo difícil, ahora tocaba lo fácil: bautizar al nuevo pueblo. Eligieron una comisión de expertos pero no aceptarán ninguno de los dos nombres que proponen, pues ya se sabe de la relación de este país con los expertos. Concordia del Guadiana era una de las propuestas: sencillita. Aludía al sentido de la unión de los dos pueblos pero, en este país, bautizar algo con la palabra concordia es señal inequívoca de que se va a terminar a palos. Quizás hubiera funcionado algo moderno, trasversal y pédrico. La gran Cristina Mena propone Resiliencia del Guadiana y yo le sumo Cogobernanza del Guadiana o Sororidad del Guadiana, quizás, de gentilicio sororos. Guadiana 2030 tampoco les gusta. Las siglas están muy de moda y DBVLNDLSDG 2+ pasa el filtro identitario

Si no lo deciden los expertos, podrían decidirlo los propios vecinos, pero en estos casos, la democracia directa supone el octavo círculo del infierno. Si abren el proceso a la participación ciudadana, el proceso terminará de descarrilar, pues ya se sabe de este país y su característica mala leche, y enseguida alguien propondrá: Pedrópolis, Guadiana del Caudillo y quizás incluso ‘Guadiana, cabrón’, que tiene papeletas para ser el más votado.

Me gustaba Mestas del Guadiana que propusieron los pobres expertos por la tradición de la transhumancia que existía en la región, pero la gente no quiere nada que huela a vaca porque en este país todo el mundo se crió en el garaje de Steve Jobs, sabes. En España hay vergüenza de España, del pueblo, del abuelo y de la vaca. La gente dice que es de un pueblo Extremadura o de Albacete y yo les respondo: dime de qué pueblo eres, háblame de la romería de tu pueblo, pon una pegatina de tu pueblo en el coche. La gente que reniega de su pueblo es la más cateta que hay. Y si nos ponemos cosmopolitas, ¿qué tal Detroit, Brooklin o Guadiana Valley?. Shanghai del Guadiana. O quizás lo más práctico sea aplicar una elipsis que soslaye el problema que nos encontramos. Que se llame Ese pueblo del que usted me habla del Guadiana y de gentilicio, los esepueblodelqueustedmehablenses del Guadiana.