Boris Johnson

El Borexit de un bufón

«La democracia británica alcanza un espléndido grado de perfección y eficacia»

La moción de censura fue el certificado del ocaso de Boris Johnson. El mayor bufón de la política británica de los últimos siglos anunciaba este jueves su renuncia al liderazgo del Partido Conservador y al cargo de primer ministro. El personaje había eclipsado desde hacía años al político que se había convertido en un pintoresco histrión que concitaba odios y adhesiones. No hay duda de su popularidad entre la población gracias a su populismo. La ambición y la ausencia de escrúpulos le llevó a culminar su mayor sueño, pero las mentiras le condujeron al desastre. En muy poco tiempo consiguió dilapidar su credibilidad y su populismo no le sirvió para sobrevivir. La democracia británica alcanza un espléndido grado de perfección y eficacia, porque los partidos tienen mecanismos, como hemos comprobado una vez más, que permiten desembarazarse de un líder que se había convertido en un lastre. Desde la moción de censura su situación era agónica, porque consiguió superarla con un cuarenta por ciento de rechazo entre los diputados de su grupo. Era una cifra peor que la obtenida por Theresa May, que tampoco consiguió sobrevivir. Se había producido una movilización para cambiar el reglamento interno y convocar una nueva moción de censura antes del tiempo legalmente previsto.

Las dimisiones de ministros, altos cargos y asesores, tras el despropósito de nombrar como responsable de la disciplina de los parlamentarios a un diputado acusado de acoso sexual fue la puntilla que ha provocado su caída. Era imposible que pudiera aguantar, porque nadie quería seguir a su lado. Ahora se abre un largo periodo de interinidad, en el que seguirá siendo primer ministro, aunque con el rechazo de su partido y el lógico acoso de la oposición, la calle y los medios de comunicación. Es otra peculiaridad de su sistema político, porque lo lógico es que se hubiera marchado. Los conservadores abren ahora el periodo para elegir a su sucesor. En cualquier caso, lo tienen muy mal porque han quedado muy tocados con esta crisis, que se ha resuelto tarde y mal. Todo indica que los laboristas conseguirán la victoria en las próximas elecciones generales que se celebrarán en 2024, salvo que se produzca un lógico adelanto electoral. Johnson pasará a la historia como un pésimo primer ministro. Los ingleses han pasado del Brexit al Borexit.