Partygate
¿Cuáles son los principales escándalos que han llevado a la renuncia de Boris Johnson?
Desde acusaciones por su desprecio por las reglas, pasando por fiestas ilegales en plena pandemia y denuncias de abusos por parte de miembros conservadores, estos actos le han llevado, inexorablemente, a la dimisión de su cargo como líder del partido
Tras las más de 50 dimisiones en el Gobierno en tan solo tres días por el caso Pincher, Boris Johnson ha dimitidocomo líder del Partido Conservador, aunque permanecerá como primer ministro hasta octubre cuando sus filas hayan elegido a un nuevo líder. Este acto pone fin a una carrera plagada de escándalos, que han llevado a Johnson a aparecer asiduamente en las portadas de los medios de comunicación del mundo entero. Desde acusaciones por su desprecio por las reglas, pasando por fiestas ilegales en plena pandemia, hasta denuncias de irregularidades y abusos por parte de legisladores conservadores, estos han sido los principales escándalos del líder del Partido Conservador y que le han llevado, inexorablemente, a la renuncia de su cargo.
Prórroga ilegal del Parlamento
Los detractores de Johnson han acusado en reiteradas ocasiones al primer ministro de una gran falta de respeto en cuanto a los procedimientos del gobierno y de torcer las reglas cuando le conviene, como cuando decidió pedirle a la Reina de Inglaterra que prorrogara el Parlamento durante cinco semanas. Esto ocurrió en el punto álgido de una crisis política sobre el Brexit, y aunque la monarca aprobó la solicitud, cuando la Corte Suprema encontró que la prórroga era ilegal, planteó la incómoda pregunta de si la Reina había infringido la ley. El fallo generó acusaciones de que el gobierno de Johnson engañó deliberadamente a la monarca como parte de su estrategia para asegurar el Brexit. Johnson se vio obligado a disculparse personalmente por avergonzar a la monarca, según el diario “Sunday Times”.
Sin embargo, la prórroga fallida fue solo un ejemplo del desprecio de Johnson por las reglas y normas parlamentarias. Otro de ellos ocurrió cuando respaldó a la ministra del Interior, Priti Patel, después de que una investigación, sobre las denuncias de intimidación que presentó el personal a su cargo, descubriera que infringió el Código Ministerial y no “trató a sus funcionarios públicos con consideración y respeto” y cometió “un comportamiento que puede describirse como intimidación”. Como consecuencia, el asesor de ética de Johnson, Alex Allen, renunció a su cargo.
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Otro de los escándalos más sonados del líder del Partido Conservador fueron lascontrovertidas obras realizadas en su domicilio oficial de Downing Street, al no haber declarado cómo sufragó las reformas acometidas en dicha residencia.
Según la legislación británica, los jefes de Gobierno reciben hasta 30.000 libras (34.500 euros) para decorar su residencia oficial de Downing Street. En este caso, los medios nacionales aseguraron que la reforma en cuestión acometida por Johnson y Symonds superó con creces esa cifra hasta alcanzar unas 58.000 libras adicionales (66.000 euros).
Aunque el dirigente conservador insistió en los días siguientes que fue él mismo quien sufragó “personalmente” esas labores, no fue más que una medida para tratar de salir airoso de un escándalo que podría afectar sus niveles de popularidaddías antes de los comicios locales y regionales de Reino Unido.
Partygate
Johnson se lleva enfrentando desde enero a la revelación de varias imágenes en los principales medios de comunicación en relación a una serie de fiestas celebradas en Downing Street, en las cuales se desafiaron las restricciones del país por la pandemia del coronavirus. En un informe publicado en mayo por la funcionaria Sue Gray, la Segunda secretaria permanente en la Oficina del Gabinete de Reino Unido criticó estos actos y reveló nuevas fotografías de él en dos reuniones diferentes. Entre las más escandalosas destaca la ocurrida en la víspera del funeral del Príncipe Felipe, momento en el que incluso la Reina fue obligada a sentarse sola para despedirse de su esposo.
Por otro lado, el propio Johnson fue multado por la Policía de Londres al asistir a una de estas fiestas en instalaciones del propio gobierno, lo que lo convirtió en el primer Primer ministro del Reino Unido en la historia que violó la ley estando en el cargo. Sunak, quien renunció el pasado martes, también fue multado por asistir al mismo evento. Asimismo, el manejo de la situación por parte de Johnson fue bochornoso, ya que primero se negó que hubiera reuniones, luego se dijo que no se tenía conocimiento sobre ellas y luego se afirmó que Johnson asistió porque creía que eran eventos de trabajo.
Pincher
La marea de renuncias de esta semana se han ido sucediendo por las revelaciones del nombramiento, por parte del ya exlíder del Partido Conservador, de Chris Pincher a pesar de conocer las denuncias de conducta sexual inapropiada que tenía con anterioridad. Por su parte, Pincher, jefe adjunto de los conservadores, renunció la semana pasada tras las acusaciones de tocamientos indebidos a dos invitados en una cena privada. Y aunque Pincher no admitió las acusaciones directamente, le dijo a Johnson en una carta que “bebió demasiado” y “se avergonzó a sí mismo y a otras personas”.
Lo cierto es que el gobierno de Downing Street había tenido problemas para explicar por qué Pincher estaba en el gobierno negando que Boris Johnson supiera algo al respecto. Sin embargo, el pasado martes se supo de la existencia de una denuncia contra Pincher de hace tres años y que en ese entonces Johnson ya fue informado de lo sucedido. Para intentar frenar el nuevo escándalo, Downing Street dijo que lo había olvidado y Johnson reconoció que “fue un error” nombrarlo como parte de su gobierno. La ola de renuncias del gobierno comenzó minutos después de que se disculpara por la decisión. El canciller Rishi Sunak y el secretario de Salud, Sajid Javid, entregaron sus actas y durante las siguientes 24 horas, varias decenas siguieron sus pasos.
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