El yihadismo y los españoles

Es curioso cómo una buena parte de los españoles reaccionan ante los atentados yihadistas de una manera radicalmente distinta a como respondían a los perpetrados por el terrorismo autóctono. Ante ETA, salvo para sus fervientes partidarios, todo eran condenas e incomprensión de sus acciones. Pero frente a la yihad casi todo han sido censuras a los poderes públicos, a los que se atribuía haber causado con su política el incidente terrorista. Sucedió en 2003 cuando, en los atentados de Casablanca, de las 33 víctimas, cuatro eran españolas. Entonces Zapatero dijo que «Aznar ha conseguido que estemos en la lista del terrorismo internacional». Una tesis ésta que fue reiterada por la izquierda cuando Al Qaeda atentó en Madrid el 11 de marzo del año siguiente. Y ha sucedido ahora —con cambio de actores incluido— cuando, al conmemorar los atentados de Barcelona y Cambrils, perpetrados por una célula del Estado Islámico, la derecha independentista ha acusado nada menos que al CNI.

La autoría de estos últimos atentados está clara, como han evidenciado los trabajos de Fernando Reinares y Carola García-Calvo. Pero lo que se oculta detrás de esa atribución al CNI por parte de los que gobernaban Cataluña en 2017 no es otra cosa que un intento de tapar su incompetencia. Ese año los Mossos de Escuadra —poco duchos en asuntos terroristas— habían recibido dos advertencias de posibles atentados, una desde Bélgica y otra desde Estados Unidos. Esta última, procedente del NCTC, citaba las Ramblas como escenario. Pese a ello, gracias a una beligerante actitud del Ayuntamiento barcelonés, no se adoptó ninguna medida de seguridad pasiva (bolardos, barreras físicas). Llegado el momento de los acontecimientos, los Mossos fueron incapaces de identificar el origen terrorista de la explosión de Alcanar; y sólo se cayeron del guindo cuando 18 horas después morían en Barcelona quince personas arrolladas por Younes Abouyaaqoub. Más tarde otra persona era asesinada en Cambrils en un ataque de los otros cinco miembros de la célula de Ripoll. Todos los yihadistas mencionados fueron abatidos por la policía catalana sin que se escuchara, después de tan violento acontecimiento, la menor crítica. Parece que lo único que hicieron «bien» los Mossos fue matar a seis terroristas. Que se lo cuenten al CNI.