Ruptura

El brazo tonto de la Ley

En política, nuestros desmanes desgraciadamente son más comprometidos. ¿Es peligrosa Irene Montero?

Como cronista y observadora de su trayectoria, me compadezco de Irene Montero. ¿Nunca han cometido una locura producto de una gran pasión? Yo muchas. La memoria nos permite saber la clase de personas que en realidad somos y el autoanálisis nos enfrenta al idiota que todos llevamos dentro.

La buena noticia es que se puede dar marcha atrás, donde la reconstrucción y el cambio nos dan la talla también de nuestra potencia inteligente. Y todas estas experiencias son necesarias para el conocimiento del yo y para la formación de la personalidad.

En política, nuestros desmanes desgraciadamente son más comprometidos. ¿Es peligrosa Irene Montero?

¡Todos los males del mundo, la auténtica devastación de la sociedad es y ha sido a lo largo de la historia producto de iniciativas de tontos...! Lo decía Voltaire, la estupidez es una sorprendente enfermedad que no sufren quienes la padecen, sino sus congéneres, porque (esto ya es mío) el tonto, cuando sale inquieto, debiera recibir la atención de un psiquiatra y hacer mucho deporte.

La Ley “Sólo sí es sí” _ chapuza jurídica: mal redactada, impulsiva, inexacta, superficial_ que nos ocupa estos días,no sirve para nada (excepto para abaratar reducciones de condenas a las que asistimos atónitos); por lo demás, no ha conseguido reforzar la seguridad femenina ni su libertad sexual. ¿Sabían que las violaciones han aumentado más de un 30% en la regencia Montero?

Por suerte para todes, el derecho a la presunción de inocencia (Artículo 24 de la Constitución) continua vigente y la palabra de una mujer no basta para hacer un culpable a un hombre en nuestro Estado de Derecho democrático que aun protege a los ciudadanos, hombres o mujeres, de denuncias falsas y condenas a lo Dumas.

Montero lleva días sin colgar nada en sus redes sociales. ¿Recuerdan cuando celebró la aprobación de su Leyjubilosa y jaranera, perreando con sus amigos en el chiringuito?

¿Estará hoy apesadumbrada y reconsiderando humildemente su actuación? Observo en bucle el video en el que la ministra aseguraba con inmensa solemnidad que no había ningún riesgo de revisión ni de reducción de penas y que las voces que se alzaban advirtiendo de este desenlace eran propaganda machista…

A mí esto me ha pasado también. Tener que tragarme mis palabras, quiero decir, e imagino que a ustedes. La cuestión es que yo no hago leyes, lo cual es muy saludable para España, porque soy periodista.

Es muy perturbador: ¿Cualquier Ministro puede desarrollar leyes en España sin apenas control, haciendo caso omiso de los expertos y del CGPJ? Pero habrán comprobado que es inútil pretender un diálogo constructivo con un obtuso apasionado; ellos siempre triunfan en discusiones o debates y no por su argumentario, ni por sus principios, sino justo por su falta de empatía, rigor y delicadeza.

Insisto ¿Existe una formación mínima obligatoria y necesaria con la que deba contar una persona en este país para llegar a ministro? ¿Cualquier activista zumbado puede alzarse con el poder en las administraciones públicas?

Y luego es que el mentecato no se avergüenza; para él, el mundo entero es una barra libre de impertinencia, de astracanada, de pifia, de indiscreción y de soberbia… Y no conoce el ridículo, nunca se detiene, su actividad no cesa. Porque “los jueces son negligentes si no aplican la ley en el sentido en el que nosotros consideramos que es correcto”.

Con un descaro indescriptible (a la vez que muy jocoso) piden a los señores y señoras magistrados más y mejor formación para no equivocarse a la hora de interpretar las leyes… Leyes desarrolladas con las técnicas más deficientes imaginables, que se aprueban valiéndose únicamente de la mayoría de la que disfrutan.

Claro, los jueces también piden formación, pero para los políticos…Y yo me uno animosa. En serio ¿puede capitanear cambios estructurales y nuevas leyes una joven con grado en psicóloga y escasa experiencia laboral como cajera de un comercio? (Nota aclaratoria para tontos: no tengo nada en contra de los cajeros, ni de los psicólogos, ni de los encofradores, ni de los profesores de francés, ni de los jugadores de parchís, excepto si se ponen a hacer leyes).

Definitivamente yo prefiero morir a manos de Pol Pot... ¡de Fu Manchú! que a manos de un tonto... Sobre todo, si ese menso siente que es dirigido por la virtud. Ya saben, hablamos del virtuoso moral, el del buenismo vacío, con ese virtuosismo que eleva al imbécil a los cielos de la superioridad porque es el virtuosismo del tonto…

De verdad que Montero y sus homólogos, me dan pena.Mentalizo, contemporizo y hasta los aprecio, con sus cosas. Abracemos a los tontos, ¡pero no les votemos!