Política

Sísifo, modelo de la economía española

La realidad española reclama, de modo inexorable, la necesidad de tomar urgentemente medidas drásticas y distintas de las actuales

La realidad actual de la economía española, y el continuo conjunto de frenos a nuestro desarrollo, incrementados a lo largo del proceso gubernamental actual, dan la impresión de estar abocándonos a una situación fatal, semejante a lo que sucedió con Sísifo. Este, fundador de Corinto, fue condenado, al morir, a un eterno castigo, por impío y por haber actuado de manera torticera con los hombres, mintiendo y recurriendo a todo tipo de medios corruptos e ilícitos para amasar una gran fortuna. Ese eterno castigo lo contemplamos en el magnífico cuadro «Sísifo» del Museo del Prado, obra de Tiziano. En él se muestra como Sísifo era obligado a subir cargando una enorme piedra para coronar una altísima montaña. Una y otra vez, subía con dolor y dificultad esa pesadísima carga, y justo antes de llegar a la cumbre, el peñasco rodaba montaña abajo y Sísifo se veía obligado a retornar, para volver a iniciar la tarea sin fin, sin conseguir nada. Así sucede actualmente con la política económica española. Las medidas presupuestarias actuales; las planteadas para 2023; las decisiones sobre el mercado del trabajo, recientemente decididas; o las negociaciones en torno a la ayuda prometida en el ámbito comunitario y no llegadas, para aliviar la tremenda crisis actual; el añadido de las tensiones crecientes con Marruecos y Argelia; y las decisiones con la crisis energética; la observación de los riesgos que crecen, en relación con las inversiones españolas en Iberoamérica; y no digamos lo que acaba de surgir en las zonas habitualmente pesqueras españolas, todo ello nos hace contemplar, para 2023, un despeñamiento sistemático. Sísifo parece, por ello, el modelo elegido por el Gobierno Sánchez, que no rectifica, seriamente, la que debería ser una adecuada política económica española.

Afortunadamente, a diferencia del mito de Sísifo, la realidad política actual está, desde el siglo XVIII, relacionada con el liberalismo y la democracia, concretamente, en España. Por eso, una vez contempladas las idas y venidas del modelo de Sísifo, observamos para el caso de nuestro país que es posible encontrar una solución, teniendo en cuenta lo que el profesor Gil Aluja señala en la publicación de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, en la intervención inaugural del Ciclo de Conferencias internas, titulada Ciencia y actividad económica: propuestas y realidades. Allí nos indicaba los objetivos a colocar en vanguardia como son: el endeudamiento colosal de Sector Público; y la falta de enlace entre la Administración Central y la de las Comunidades Autónomas, que genera rupturas en la homogeneidad del mercado interior español, cuestión que sabemos –desde Adam Smith–, que provoca, necesariamente, un colosal freno para el desarrollo; y, como acierta a señalar Gil Aluja, que la política económica ponga prioridad en la apertura al exterior, con problemas adicionales como son el de la longevidad; y, como denuncia el profesor Schwartz, la superación del riesgo derivado de la dificultad de emprender negocios, como nos mostró el Banco Mundial en la publicación Doing Business 2015, al indicar que España se encontraba entonces –y no parece haber mejorado en la clasificación mundial sobre la facilidad de hacer negocios, encabezada por Singapur–, en el puesto mundial 33, un poco peor que Polonia y un poco mejor que Colombia.

Las medidas a adoptar, de manera inmediata, para alejarnos del modelo de Sísifo, están claramente indicadas por todos los expertos, y son incompatibles, por ejemplo, con el incremento de la presión tributaria; el olvido de la curva de Philips en la política salarial; y la reordenación extrema de las conexiones radicales, liquidando, no ya barreras exteriores, sino las creadas, de manera directa e indirecta, en el mercado interior, por ciertas comunidades autónomas. Y no nos olvidemos de esa revolución tecnológica extraordinaria que ha surgido, afectando a la industria y los servicios, en primer lugar, que exige un esfuerzo de cambio monumental.

Y es necesario tener conciencia de la realidad existente en el Sector Público para evitar lo que señala el profesor Sánchez Morán, en el trabajo La situación de la función pública en España. La reforma postergada, (Cuaderno 33 del Círculo Cívico de Opinión, octubre 2022), donde se muestra penosas realidades en el plano de la productividad y de la eficacia y eficiencia de nuestras administraciones públicas.

Por no tener conciencia de lo que sucede en la economía, la tesis del profesor Gil Aluja nos muestra cómo la realidad española reclama, de modo inexorable, la necesidad de tomar urgentemente medidas drásticas y distintas de las actuales. Si así no se hace, el modelo de Sísifo se convertirá en el de nuestra economía. Es un reto que tenemos los españoles de cara al 2023.