Demasiada deuda pública

Esta semana ha sido la Comisión Europea quien ha llamado la atención sobre la preocupante escalada de la deuda pública tanto en España como en Grecia, Italia, Francia y Portugal. Cierto que después de la pandemia los países necesitaban ser más expansivos en cuanto al gasto público, sobre todo para no dejar desprotegidos a los colectivos y personas vulnerables y afectados por la tragedia de la COVID. Pero proseguir con el actual ritmo de endeudamiento nos causará graves problemas a medio y largo plazo. Solo en intereses pagamos ya un 2,2% del PIB (27.000 millones), que pronto representará el 2,7% (33.000) debido al incremento de los tipos y al mayor peso de nuestra propia deuda, que representa el 118,4% del PIB. Aznar cerró su mandato con un endeudamiento del 35% del PIB, Zapatero lo subió al 70% y Rajoy al 100%.

Con la actual previsión al alza, la deuda española se deslizará por encima del 120%, aunque es verdad que aún nos ganan Grecia (193,3%), Italia (150,8%) y Portugal (127,4%). No deberían ser estos nuestros países de referencia. A la Comisión Europea le preocupa especialmente que el presupuesto de España siga siendo altamente expansivo, con ayudas públicas masivas a todo tipo de sectores. La política de regar con dinero público la economía puede servir excepcionalmente un año o dos, pero acaba siendo suicida si se mantiene en el tiempo. Parece que lo más aconsejable es reducir desde ya el gasto público improductivo, que con Calviño crece de manera imparable. Lo dice la Comisión Europea y el sentido común.