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Abel Hernández

Un partido de fútbol

El luminoso edificio de la Constitución amenaza ruina, provocada desde dentro

Los que vivimos de cerca el nacimiento de la Constitución notamos más el contraste de aquel momento histórico con éste. Entonces regía el afán de construir y hoy, el de destruir. El diálogo y el consenso han sido sustituidos por la discordia y el enfrentamiento. Los enemigos del «régimen del 78» se han encaramado al Gobierno de la nación. El clima político, que un día fue acogedor e ilusionante, se ha vuelto áspero y peligroso. El luminoso edificio de la Constitución amenaza ruina, provocada desde dentro.

Voy a reproducir hoy una anécdota significativa que recojo en mi libro «Secretos de la Transición». Da una cierta idea de lo que va de ayer a hoy. Además tiene que ver con el fútbol, tan dominante estos días. Era junio avanzado. La Comisión Constitucional había acabado su trabajo. Y para celebrarlo, periodistas y políticos constituyentes decidieron jugar un partido de fútbol, lo que demostraba la armonía existente entre unos y otros. Felipe González con un jersey rojo defendió en el primer tiempo la portería de los políticos. Demostraron cierta habilidad con el balón Marcos Vizcaya, de la cantera vasca, y los ucedistas Chus Viana, Pujalte y Meilán Gil; no se quedaron atrás los socialistas Fuejo y Chiqui Benegas. Tampoco desentonó el entonces comunista, Ramón Tamames. El catalán Roca falló en el último momento, y Fraga, que no pudo participar por un compromiso anterior, advirtió: «Que conste que en el campo soy un jugador muy duro». Nadie lo puso en duda.

Ganaron los periodistas 4-3. «Desmiento categóricamente –aclaró el árbitro Peces Barba– que el resultado fuera pactado anoche en una cena». (Como apuntó Márquez Reviriego, «de grandes cenas están las Constituciones llenas». La del 78 se hizo en gran parte sobre los manteles). No faltó quien tachara la iniciativa de frívola, pero en el almuerzo de confraternidad que siguió al encuentro, se comentó, como recoge Carandell, el de «Celtiberia show», en su crónica parlamentaria, que «los españoles de la generación de las Constituyentes en 1931 habrían sido afortunados de haber podido presenciar un partido entre la Prensa y un equipo compuesto por ejemplo por Miguel Maura, Largo Caballero, Gil-Robles, Azaña, Companys, Indalecio Prieto, Besteiro…»

Hoy sería aún más chocante un equipo formado por Pedro Sánchez, Abascal, Otegui, Feijóo, Puigdemont, Pablo Iglesias… El equipo de la Prensa, mejor no intentarlo. Tal como están los ánimos, habría demasiados lesionados sobre el césped. Y menos aún montar un partido de fútbol femenino con Isabel Díaz Ayuso e Irene Montero como capitanas de sus respectivos equipos. Podría pasar cualquier cosa. Por si fuera poco, algunos cuestionan al árbitro.

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