Sin Perdón
La amnistía de la exclusión y la desintegración
«Sánchez no hace más que seguir el populismo y autoritarismo que inspira a los socios del Grupo de Puebla»
Con la proposición de ley de amnistía, Sánchez ha cruzado el Rubicón, porque la legislatura estará marcada por el sometimiento del Gobierno y su política a los deseos de Puigdemont, Junqueras y Otegi. No hay marcha atrás. Los generales romanos perdían su imperium antes de entrar en Roma, porque no lo podían ostentar dentro de la ciudad. Era esencial para mantener el equilibrio y evitar que la concentración de poder representara una amenaza para la estabilidad interna. Al entrar en Roma, perdían la protección de su autoridad militar, así como el mando de sus legiones. Por eso, utilizamos el término cruzar el Rubicón, porque César atravesó el «pomerium» con sus tropas y se hizo con el poder vulnerando la legalidad republicana. Fue el final del primer triunvirato, que fue un pacto secreto que no alcanzó el estatus de magistratura a diferencia del segundo. En ambos casos fueron dos dictaduras militares con tres líderes dotados de un poder similar, aunque en la siguiente etapa quedaron dos y finalmente uno. Las dictaduras democráticas que caracterizaron a la República desaparecieron con Sila y con los dos triunviratos se consagró la concepción tenebrosa que tenemos de esa institución.
No me gusta que se utilice el término dictadura o dictador contra Sánchez, porque es una caricatura de la realidad que resta credibilidad a las críticas que se le hacen. No hay duda de que se siente cómodo. Los triunviros gobernaban con un imperium ilimitado, actuaban como jueces supremos inapelables, tenían la capacidad de designar personalmente a los magistrados, emitir los decretos sin la aprobación del Senado y acuñar monedas con sus efigies. Desde entonces la dictadura responde, en sus grandes líneas, a esta estructura. Lo sucedido este martes en el Congreso es una indignidad. No había más que escuchar a los futuros receptores de la medida de gracia, para sentir vergüenza ante el indigno comportamiento del PSOE. Sánchez no hace más que seguir el populismo y autoritarismo que inspira a los socios del Grupo de Puebla. No le gusta que se lo digan, pero es la triste realidad de un líder que es capaz de defender que la amnistía es constitucional solo para comprar unos votos.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).
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