Parresía

Lo de Biden

La estocada final la acaba de firmar el propio Barack Obama en The Washington Post, sugiriéndole que se retire

Encaramos los últimos días de julio abrasados de calor y en pleno ardor informativo. Quién nos iba a decir a los periodistas que, al filo de las vacaciones, exhaustos de tanta crispación, íbamos a tener encima de la mesa asuntos de semejante envergadura. Hoy mismo, Begoña Gómez tendrá que volver a presentarse ante el juez Peinado y, en principio, no asistiremos a otra declaración fallida. Escribo «en principio» porque, en estos momentos, conocemos informaciones sobre los hechos que se investigan –incluido el documento hecho público por la Universidad Complutense– pero aún desconocemos las armas que desplegará su abogado defensor. Entretanto, la UCO sigue buscando pruebas contra el cuñado de Gómez, David Sánchez, en la Diputación de Badajoz, a petición de la jueza. Y más al sur, en Sevilla, resucita el expresidente Chaves, recién anulada su condena por el Constitucional, clamando ahora contra los jueces conservadores que le condenaron por los ERE y asegurando –de moral va sobrado– que estamos ante «el principio del fin del PP en Andalucía».

Pero si no teníamos suficiente con este guirigay nacional, resulta que Joe Biden, ahora sí, podría estar pensando seriamente en renunciar a la carrera presidencial en Estados Unidos. Las próximas horas serán cruciales (ésta que os escribe se confiesa adicta a la adrenalina y desearía que Biden lo comunicara en su horario laboral, pero parece que la noticia puede precipitarse mucho antes, este fin de semana).

Desde luego, el debate con Trump fue algo lamentable, penoso. Después de aquello, el presidente y candidato demócrata aseguró públicamente que iba continuar, sin duda, que iba a irse a descansar antes, cada noche, para dormir más… pero, al cabo de unos días, en la última cumbre de la OTAN, sin el apoyo del prompter en la cámara –un bastón que bien conocemos los de la tele–, cara a cara con los periodistas, confundió a Zelenski con Putin y muchos, llevándose las manos a la cabeza, pensaron que a Biden, a sus 81 años, ya no le quedaban telediarios.

Lo que no han conseguido los hechos –sus continuos lapsus y meteduras de pata– lo ha terminado de lograr el intento de asesinato del republicano Trump. Y la estocada final la acaba de firmar el propio Barack Obama en The Washington Post, sugiriéndole que se retire.

Solo dos veces en la historia de Estados Unidos un mandatario ha decidido no aspirar a la reelección: ocurrió con Truman, en 1952, por su baja popularidad, y con Johnson en 1968, tras perder las primarias de su partido.

Los Biden se han resistido a la evidencia. Ahora que el candidato tiene COVID y pierde en las encuestas, aislado en todos los sentidos, le tocará pasar el testigo a otro demócrata que, sea quien sea, a priori, poco podrá hacer frente a Trump. ¿Quién dijo que los veranos son aburridos?