Opinión

Bolaños el estratega

Bolaños se equivocó buscando la confrontación en algo irrelevante a ojos de los ciudadanos y el balance ha sido negativo en todos los sentidos

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix BolañosEuropa Press

La célebre frase de Mae West “Cuando soy buena, soy muy buena; pero cuando soy mala, soy mejor”, bien podría aplicarse a Díaz Ayuso. Fiel a la escuela de Esperanza Aguirre, en el conflicto se crece y suele salir bien parada.

Eso es lo que ha vuelto a pasar el día 2 de mayo. Bolaños se equivocó buscando la confrontación en algo irrelevante a ojos de los ciudadanos y el balance ha sido negativo en todos los sentidos.

En primer lugar, ha dejado fuera de juego al candidato socialista a la Comunidad de Madrid, que llevaba meses empeñado en forjar una imagen moderada e institucional, bajo precio de desaparición en los medios de comunicación nacionales. Su intención ha sido practicar una oposición diferenciada de la de Mónica García, por eso este tipo de ruido le deja sin espacio.

La bronca entre el gobierno de España y el de Madrid se ha tragado los asuntos regionales que merecían ser debatidos. Se puede resumir en un forcejeo de poder, algo alejado de las preocupaciones ciudadanas.

En segundo lugar, pasará factura al PSOE que la crítica más sonada a Díaz Ayuso en los últimos tiempos haya sido que Bolaños no haya tenido un sitio privilegiado en el minidesfile militar que se realiza en los actos conmemorativos.

No es la primera vez que el gabinete del ministro llama en la víspera de un acto institucional para exigir el tratamiento propio del presidente de Gobierno, algo que debería dar que pensar a Pedro Sánchez.

La siguiente damnificada es la ministra Margarita Robles, que ha sufrido el ataque de podemistas, y de algunos socialistas, en las redes sociales por no haber abandonado la tribuna al impedirse el paso de su compañero de Consejo.

Realmente, la conducta reprochable hubiera sido que la titular de Defensa hubiese abandonado la presidencia de un desfile militar por esa razón. Por último, la ministra portavoz ha sido recriminada por la Junta Electoral. Pleno al quince.

Díaz Ayuso no tenía en la cabeza la idea de ahondar en el discurso de un gobierno ilegítimo, como han asegurado algunos reputados analistas, sino que buscaba, sencillamente, la confrontación. Tiene olfato para saber cómo agitar el avispero y que las picaduras se las lleven otros, con su decisión mató varios pájaros de un tiro.

Juan Lobato tenía pocas posibilidades hace una semana, a día de hoy es muy difícil que le quede alguna gracias al ministro Bolaños.