«De Bellum luce»
Borrador de amnistía con la firma del PSOE en tinta invisible
Díaz se siente muy cómoda haciendo ver que ella marca el ritmo a una orquesta que, en verdad, dirige Puigdemont
Casi todo lo que se está viendo estos días en la negociación del PSOE con sus aliados es tan solo un espejismo. Hay un relato que nos cuentan y una realidad que se está construyendo por detrás, en un proceso en el que mandan más los que han tenido menos votos y apoyo social que las siglas del PSOE.
Yolanda Díaz, con la tarjeta de presentación de enviada del presidente, ha asumido el papel de directora de una orquesta por la que ya circula un borrador de ley de impunidad para el independentismo, con el sello visible de Sumar, y con el del PSOE, en tinta invisible. Hay que reconocerle a la vicepresidenta en funciones, llamada a seguir siendo vicepresidenta de un nuevo Gobierno de coalición, que al menos juegue con la media verdad con más honestidad que la parte socialista.
Díaz se siente muy cómoda haciendo ver que ella marca el ritmo a una orquesta que, en verdad, dirige Puigdemont, quien tiene, por cierto, mucha mejor interlocución con el PNV que con ERC. Y tiene razón para moverse con esa soltura ya que en el remate a puerta de esta decisión que supone un acto de corrupción política, profundamente inmoral y falto de ética, atisba que el gol puede acabar marcándoselo también a Esquerra, con las ganas que se tienen los dos partidos tanto en Barcelona como en Madrid. Aquellos votos que todavía no le ha robado el PSC a Oriol Junqueras en Cataluña aspira a quitárselos ella como inmaculada madrina de ese perdón reconciliador que no tiene más fundamento que el interés personal del fugitivo de la Justicia española y de todos los que aspiran a sacar tajada del nuevo Gobierno.
No hay demanda social de amnistía para los independentistas que vulneraron la ley ni una sociedad catalana que necesite ser reconciliada en virtud de un proceso que, más allá del trascendente debate constitucional, ataca de raíz el principio de igualdad entre los españoles.
Atentos a lo que en el futuro pueda decir el Tribunal Supremo porque si en verdad es posible que un Gobierno enmiende a los jueces, exculpe delitos sin juzgar, e incluso decida que se juzguen de manera desigual a los mismos delincuentes, entonces es que el problema va mucho más allá del «sanchismo». Entonces habrá que pensar que el problema es intrínseco al sistema y que tiene mal arreglo. Mientras, habrá que estar a la espera de que el borrador de amnistía acabe de ser enmendado por todos los que están en el reparto.
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