Parresía

La campaña del fraude

Al PSOE le ha estallado el asunto entre las manos sin que, de momento, hayamos escuchado la valoración del presidente del Gobierno

Creía yo que el caso Vinicius iba a protagonizar el tramo final de la campaña, ahora que el mundo entero nos señala y nos critica por el espectáculo bochornoso en Mestalla, pero no. Todavía nos quedaba pasar por el trance de asistir a una sonrojante lluvia de denuncias por fraude electoral, a un terremoto de incalculables efectos en las urnas este 28M. Se pone francamente interesante la noche del domingo. Apuesto a que la lluvia pronosticada disuadirá de votar a muchos desencantados de izquierdas. Ojo con el dato de abstención.

En Melilla llueve sobre mojado, por desgracia, ¿pero qué pasa con Mojácar, incluso con La Gomera, con esos pueblos de la región de Murcia, de Zamora, Cáceres, Alicante, Huelva… ¿Qué está pasando en estas últimas horas con las supuestas compras de votos, con las denuncias cruzadas entre PSOE y PP? Votos a cambio de dinero, de comida, de puestos de trabajo.

Estupefacta se queda una asistiendo a las últimas detenciones de políticos. Mientras te escribo, compruebo que –exceptuando a la trama de Coalición por Melilla– el resto de los arrestados van en listas municipales del partido socialista en Mojácar y en Albudeite (Murcia). Esta que te escribe, escéptica de manual, ya no se casa con nadie. Bien sabemos los españoles que garbanzos negros los hay en todos los partidos. Más bien una se pregunta, visto lo visto, cuántos casos más habrá de compra de votos por correo que desconocemos. Es algo inédito, dramático, inexplicable, vergonzoso, propio de repúblicas bananeras. Evidentemente, urge cambiar las reglas del juego. Ya avisó el Tribunal Supremo en 2021 –sin que nadie lo tomara en cuenta– de las lagunas de este sistema para votar, fácilmente manipulable. Nos ha quedado muy claro.

Al PSOE le ha estallado el asunto entre las manos sin que, de momento, hayamos escuchado la valoración del presidente del Gobierno sobre los casos de Melilla, Murcia o Mojácar. De todos es sabido que Sánchez conoce bien a la corporación del ayuntamiento almeriense, lleva años veraneando allí. Y algo tendrá que decir también del follón escandaloso en Maracena, el secuestro de una concejala que salpica directamente a la mano derecha de Juan Espadas. Si ya lo tenía difícil el sanchismo para arañar votos en Andalucía, ahora que Noel López, secretario de Organización del PSOE andaluz, es señalado por un juez como «presunto inductor» de ese secuestro para silenciar un caso de corrupción en la localidad granadina, me atrevo a vaticinar una sangría descomunal para los socialistas en el sur. Los populares pueden llegar a teñir de azul todas las capitales de provincias andaluzas este domingo, incluida Sevilla. ¿Hemos conocido el auto de Maracena en un momento estratégico? No digo yo que no, pero ahí está. Y esto todavía no ha terminado.