El trípode

«Claro y audaz» para Hamás

Sánchez, un presidente que apoya a Otegi, ha recibido el apoyo de los terroristas que atacan a Israel

Tras el «éxito indescriptible» de su gira por Oriente Próximo como presidente en funciones de la UE, tras dejar de serlo en España, y que ha merecido la felicitación pública y publicada de Hamás, Sánchez ha querido acreditar que cuenta con el apoyo de sus militantes para lo que ha recurrido a 200 autocares que procedentes de toda España los han traído a Madrid. Así llenó el local y completó su aforo. Una imperiosa necesidad ante la evidencia de que no puede siquiera caminar por ninguna calle del país si no va acompañado de un cinturón de protección que mantiene a su persona alejada de la gente. Es una prueba de que en efecto el suyo es «el gobierno de la gente» como se autodenomina este Frankenstein 2.0 que se apoya en Otegi y es felicitado por Hamás. Hay ocasiones en las que pocas palabras bastan para definir una posición y su protagonista: «Postura clara y audaz»; y ésta es una de ellas. Basta esa infame felicitación para calificar el resultado de su mediación internacional y de su persona, a la que se ha sumado el coro entusiasta de sus palmeros para la ocasión. España no se merece una felicitación de esas características procedente de una organización terrorista que el 7 de octubre lanzó un sangriento y criminal ataque contra una multitud de civiles, hombres, mujeres y niños, que participaban en un festival musical al aire libre. Ayer clamó ante sus enfervorizados conmilitones que «responderán a los insultos con avances sociales», lo que debió satisfacer mucho a sus socios Junqueras, Otegi , Ortúzar y Puigdemont. Desde luego, el residente en Waterloo y los suyos no pueden quejarse de los «avances sociales» ya conseguidos, con los indultos primero y la prometida amnistía después. Aunque Sánchez deberá demostrar ante los mediadores internacionales reunidos en Ginebra que esta vez no ha «cambiado de opinión» respecto a lo que su embajador plenipotenciario Cerdán firmó con el indultado Turull en Bruselas. «Condenar los atentados y la matanza de civiles es cuestión de humanidad» proclamó en una aviesa equidistancia tan equilibrada que ha encantado a los terroristas y creado una seria crisis política y diplomática con Israel. Desde luego, ese presunto «liderazgo» internacional que algunos le atribuyen no ha salido precisamente reforzado de este semestre ejerciendo en nombre de España la representación de la UE. Ha dividido a la UE y la OTAN en una cuestión tan sensible como la guerra en Oriente Próximo y dejado la honra de los españoles al nivel de sus conmilitones socialistas y los de Junqueras, Ortúzar, Otegi y Puigdemont.