Rosetta Forner

Adiós exámenes

Los tiempos cambian. Y en España, algunas cosas se empeñan en mejorar. Menos exámenes y más fijarse en la verdadera excelencia, y sobre todo en la vocación. En EE UU, por ejemplo, para ser admitido debe pasarse una entrevista con el jefe de estudios de la Universidad donde uno quiere matricularse. No basta con querer estudiar allí. Debe demostrarse que se tiene nivel, que se está dispuesto a ganarse tanto el ser admitido como el continuar. Dado que la información es rumor hasta que está en el músculo, que es cuando se convierte en conocimiento, lo importante es saber si el futuro estudiante posee suficientes conocimientos como para no crear, de entrada, un problema a los profesores que le enseñarán en primer curso. Estudié en España y en EE UU: prefiero el método americano, así como el respeto con el que los alumnos se relacionan con el profesorado (parte de su mérito lo tienen éstos: no se puede enseñar en la universidad donde se ha estudiado. Así evitan el amiguismo y fomentan la profesionalidad). Impartí clases en una facultad española, tuve alumnos que querían un aprobado a pesar de no tener información ni conocimientos: se puede lograr un aprobado llorándole al profe, pero se suspenderá en la vida. Mejor un sistema que promueva la excelencia y la responsabilidad del alumno, que uno que se empeñe en «controlar el grado de información» que se tiene fresca en la memoria en el momento del examen. Aprender la lección como un papagayo, sin haber comprendido nada, dará como resultado un profesional mediocre. Si se valorase la vocación, y a ésa se le añadiese voluntad, perseverancia, compromiso y determinación, tendríamos un alumno aplicado y, posteriormente, un excelente profesional. Puestos a examinar, les examinaría de actitud –ésta logra más éxitos que la aptitud–. Estudiar debería ser algo serio, pues suele practicarse con seres humanos lo aprendido en la Universidad. Estudié PNL en la Universidad de California, tuve compañeros de clase que aprendieron muy bien la teoría, pero en la práctica una piedra hubiese sido mejor «coach»/PNL que ellos. Quien tiene la voluntad de ser un buen alumno, posteriormente, será un gran profesional. La excelencia no se examina, se demuestra.