Julián Redondo

Ambiguos

La Razón
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A Casillas y a Xavi les han concedido la Gran Cruz del Mérito Deportivo. No han tenido que descolgar el teléfono ni utilizar sus influencias para que el Consejo de Ministros, a propuesta del titular de Educación, Cultura y Deportes y del presidente del CSD, reconociera sus valores.

Premian su palmarés, todavía por cerrar, y una trayectoria personal intachable. La concesión es indiscutible; aunque habrá quien le ponga pegas, ninguna digna de consideración, seguro. Casillas y Xavi son leyenda en activo, ejemplos para las nuevas generaciones y en el caso del guardameta, un espejo donde Kiko Casilla quiere reflejarse. Es su sucesor en la portería del

Madrid –mientras no aparezca De Gea–, no ha ocultado que Iker es su ídolo y le ha catalogado como el mejor portero del mundo. Sin medias tintas.

Las ambigüedades proceden de Barcelona. Los cuatro candidatos firmaron un documento de apoyo al proceso independentista en el Camp Nou. Chocante. No en el caso de Laporta, que

enarbola la «estelada» convencido de ese futuro soberano que sus rivales no secundan con la vena hinchada. En esa hoja de ruta que no descubre ni la mitad de los vericuetos, Laporta los ha definido, a los tres, a Bartomeu, a Freixa y a Benedito: «Son ambiguos». Los conoce bien, como

ellos a él. Y es precisamente esa indefinición entre carne y «pescao» lo que a todos ellos convierte en sospechosos habituales. A lo único que públicamente no renuncia ninguno de los cuatro, ni

siquiera el franco Laporta, es a la Liga. Independientes de España, pero fervientes competidores de la Liga. La postura es farisea y tan cínica como la cara de Artur Mas, con esa media sonrisa que al Rey Felipe maldita la gracia que le tiene que hacer, de ahí su seriedad cuando aparece con el «president».