María José Navarro

Ambrosio

La Razón
La RazónLa Razón

El día 13 de junio del año pasado, tomaba posesión como nueva alcaldesa de Córdoba la señora María Isabel Ambrosio. «Llega un tiempo nuevo en que todos los cordobeses mirarán a su Ayuntamiento con esperanza. Un tiempo nuevo liderado por un gobierno con cabeza y corazón que frene en seco los recortes insensibles. Por ello vamos a poner el acento en las personas y en sus problemas y vamos a luchar con todos los elementos que estén a nuestro alcance para que nadie se quede atrás...». Le quedó bien bonito el discurso a la señora Ambrosio, la verdad. Hace muy pocos días, el consistorio cordobés aprobaba los presupuestos gracias a los votos del PSOE, IU y Cambiemos Córdoba, la marca blanca de Podemos y que ha facilitado el gobierno bipartito. Y en esos presupuestos se mantienen subvenciones para algunas ONG y se le han retirado a otras, a las que se insta a entrar en una carrera competitiva entre ellas para conseguir arañar algún duro. Entre estas últimas, pásmense, se encuentran Proyecto Hombre, los Hermanos de San Juan de Dios (a la que pertenecían los misioneros españoles muertos por ébola en Liberia y en Sierra Leona), la Asociación de Lucha contra el Cáncer y la Fundación Bangassou, un ejemplo magnífico y emocionante de cómo con la fuerza interior de un hombre, el misionero Juan José Aguirre, se puede mejorar la vida de miles de personas en el segundo país más pobre del mundo y el más triste. No sólo la pifia el Ayuntamiento de Córdoba perdiendo la oportunidad de que el nombre de la ciudad encabece la mejora de la salud y de la asistencia para seres humanos a los que el mundo ha olvidado, sino que lo ha hecho sin alma. Sin una llamada a sus responsables, sin un solo detalle con el Obispo Aguirre, una de las personas más íntegras, generosas y luchadoras que existen. Pues nada, Ambrosio, ya podrá Vd dormir más tranquila.