Fiesta del Orgullo Gay

Bella diversidad

La Razón
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Queridos, yo nací hetero, desde pequeña me gustaron las muñecas y después los hombres, pero estoy encantada con que existan personas a las que les gusten otras de su mismo sexo. Encantada con los que son capaces de amar a personas de ambos sexos –lo que me parece una suerte–. Y encantada también con los Trans e Intersex. Encantada, en definitiva, con los que desean y aman sin hacer daño a nadie. Y no puedo comprender que se les sigue persiguiendo, encarcelando, condenando incluso a la pena de muerte. Aún hay 72 países en los que ser LGTBI es un crimen. Arabia Saudí, Irán, Sudan, Yemen, los territorios ocupados por el Estado Islámico en Irak y Siria, el norte de Nigeria y el sur de Somalia... Y hay países como Brasil, en los que se persigue a este colectivo. Asimismo en Centroamérica se producen muchos ataques contra transexuales y particularmente contra activistas. Es penosísimo. Y demuestra la brutalidad y estupidez en que sigue moviéndose el ser humano. Investigaciones científicas muy serias nos dicen que la orientación sexual es el resultado de una compleja combinación de influencias genéticas, hormonales y ambientales. El neurólogo Dick Swaab asegura que la orientación sexual se determina en el útero materno. Es decir, que nacemos con un cerebro definido. Otros, ven en el ambiente de la infancia o las costumbres otros factores a tener en cuenta. Sea como fuere, lo importante es que estas personas son inocentes. Que la diversidad es arte, cultura, sabiduría, conciencia... Y que castigar por la forma de sentir es inadmisible. Sólo se puede discriminar al que actúa con violencia perjudicando a los otros. No es el caso aquí. La historia está llena de magníficos seres humanos que amaron en la diversidad.